La migración irregular por el Tapón del Darién ha provocado una ruptura abrupta en la escolaridad de niños y jóvenes en las comunidades receptoras, especialmente en la comarca indígena Emberá-Wounaan, según un estudio de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP). Estos menores y adolescentes, en lugar de continuar sus estudios, se han sumado a actividades productivas vinculadas a la atención y servicios para los migrantes en tránsito, lo que ha incrementado el abandono escolar y la sobreedad estudiantil en la región.
Además, esta dinámica ha generado un abandono de las tareas agropecuarias de autosostenibilidad, lo que ha provocado escasez y encarecimiento de productos agrícolas locales. El fenómeno ha traído beneficios económicos temporales para las comunidades, pero también ha incrementado riesgos sanitarios, inseguridad ciudadana y un deterioro ambiental significativo debido a la acumulación de desechos y la falta de servicios sanitarios adecuados.
El perfil de los migrantes que transitan por Darién revela que provienen principalmente de países como Venezuela, Haití, Ecuador, Cuba, China y Colombia, motivados por la inestabilidad política y altos niveles de violencia en sus lugares de origen. UNICEF reporta un aumento del 35% en el número de menores no acompañados que cruzan la selva del Darién en 2024, muchos de ellos adolescentes en riesgo de exclusión educativa, explotación y violencia.
Para enfrentar estos retos, expertos y autoridades sugieren implementar programas educativos, culturales y deportivos que incentiven la permanencia escolar, así como políticas públicas eficaces que aborden la violencia, los riesgos sanitarios y la inestabilidad política local.