El caso de Olmedo Núñez, un marino panameño, ha capturado la atención pública tras la retención en Venezuela de la embarcación Guaiquerí N35, un buque de bandera panameña dedicado a la búsqueda de tesoros. La detención, bajo sospechas de espionaje, ha sumido a la familia de Núñez en la incertidumbre y la desesperación.
La historia comenzó cuando la embarcación, partiendo desde Las Palmas, en Gran Canaria, se aventuró a cruzar el Atlántico en busca de reliquias de la Segunda Guerra Mundial. La expedición, liderada por el periodista investigador Miguel Moreno Dapena, contaba con Olmedo Javier Núñez Peñalba, un ingeniero panameño crucial para el mantenimiento de los motores y la maquinaria del buque. Su pericia era fundamental para el correcto funcionamiento de la N35, descrita por algunos medios españoles como una «chatarrera del mar».
El 11 de junio, tras ser rastreada durante 12 días, la embarcación fue interceptada por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana cerca de las aguas económicas venezolanas. Desde entonces, la familia de Olmedo no ha tenido contacto regular con él, lo que ha aumentado su angustia. Aunque inicialmente lograron comunicarse, el silencio posterior ha sido ensordecedor, especialmente tras la detención de Miguel Moreno Dapena.
Milagro Vergara, esposa de Olmedo, junto a su suegra, Ruth Peñalba, han buscado ayuda en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá y en la Autoridad Marítima, tratando de obtener información sobre la situación de Olmedo. Incluso han contactado a personal neerlandés vinculado a la nave, sin obtener mayores detalles. La falta de una embajada panameña en Venezuela complica aún más la situación.
La versión oficial venezolana, divulgada por la televisión estatal, indica que la embarcación fue puesta bajo custodia preventiva en el puerto de Guamache, Isla Margarita, tras ser acusada de operar sin los permisos necesarios en la Zona Económica Exclusiva marítima de Venezuela, una región en disputa con Guyana, cercana al Delta Amacuro.
La N35, un buque de apoyo y suministro con 42 años de antigüedad, ha levantado sospechas debido a su color gris, que facilita el camuflaje, y su designación naval «N35», evocando un código misterioso. Estas características, sumadas a la naturaleza de su misión, llamaron la atención de las autoridades venezolanas.
En España, Miguel Moreno Dapena es conocido como el «Indiana Jones de los mares», un aventurero apasionado por la historia. Su encuentro con Olmedo Javier y la peculiar N35 los ha llevado a un complejo escenario geopolítico, donde son acusados de espionaje.
La familia de Olmedo, especialmente su esposa Milagro, anhela su regreso seguro. Para ellas, el mayor tesoro no está en las profundidades del mar, sino en el retorno de Olmedo Javier, un profesional panameño dedicado a mantener el alma de los barcos que lo emplean. Esperan que esta difícil situación se resuelva pronto, permitiéndoles continuar narrando sus propias historias, lejos de las tensiones internacionales.