Un posible acuerdo de paz que obligue a Kiev a ceder territorio a Rusia podría tener consecuencias internas drásticas. Los ucranianos saldrán a las calles si su gobierno cede a la presión para entregar tierras a Moscú. La advertencia, que proviene de voces influyentes en Ucrania, subraya la profunda resistencia de la sociedad a cualquier compromiso territorial, una posición que se ha fortalecido con la guerra.
La Advertencia de los Analistas
La idea de que una cesión de tierras es una solución viable para la paz es un «concepto equivocado», según los analistas ucranianos. El analista político Oleg Rybachuk, exministro de integración europea, enfatizó que presionar a Kiev para que ceda tierras «obligará a los ucranianos a tomar las calles» en una revuelta contra su propio gobierno. Esta postura refleja una convicción generalizada de que la soberanía y la integridad territorial son irrenunciables, y que el sacrificio de los ciudadanos no puede ser en vano. La ciudadanía, que ha vivido bajo la amenaza constante de los ataques rusos, no aceptará una paz que se sienta como una derrota.
El Sentimiento Público: Sin Compromiso Territorial
El rechazo a ceder tierras es una postura no solo política, sino también profundamente arraigada en el sentimiento público. Las encuestas de opinión y los análisis de expertos demuestran que la gran mayoría de la población ucraniana no está dispuesta a renunciar a ningún territorio a favor de Rusia, ni siquiera a cambio del fin de las hostilidades. Este consenso se ha mantenido firme a lo largo de la guerra, convirtiéndose en una fuerza que limita la capacidad de cualquier gobierno para negociar un acuerdo que implique la pérdida de soberanía sobre sus territorios. Para muchos, una paz lograda a través de la concesión territorial sería percibida como una traición.
El Futuro de las Negociaciones de Paz
En este contexto, las negociaciones de paz enfrentan un obstáculo insuperable. Mientras Rusia insiste en conservar el control de los territorios que ha ocupado, la voluntad popular ucraniana se opone firmemente a cualquier concesión. Por ello, cualquier propuesta de acuerdo que ignore la demanda de la población ucraniana de una paz justa y con integridad territorial corre el riesgo de no ser sostenible a largo plazo, y podría desencadenar una crisis interna que pondría en jaque la estabilidad del gobierno de Kiev.