En un contexto de creciente tensión en Europa, exacerbada por la reciente incursión de drones rusos en el espacio aéreo polaco, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha instado a los países miembros de la OTAN a cesar de inmediato la compra de petróleo a Rusia. La advertencia llegó acompañada de la amenaza de imponer nuevas y severas sanciones económicas a Moscú, una vez que todos los miembros de la alianza atlántica adopten una postura unificada en este sentido.
Trump, utilizando su plataforma Truth Social, no solo exigió el fin de la dependencia energética de la OTAN respecto a Rusia, sino que también propuso la imposición de aranceles significativos a China. Esta medida, según el presidente, ejercería presión sobre Beijing para que contribuya activamente a la resolución del conflicto en Ucrania.
«Estoy dispuesto a imponer sanciones importantes a Rusia cuando todos los países de la OTAN hayan acordado y comenzado a hacer lo mismo, y cuando todos los países de la OTAN dejen de comprar petróleo a Rusia», declaró Trump. El líder republicano criticó duramente el nivel de compromiso de la OTAN, calificándolo de «muy inferior al 100%», y denunció la compra de petróleo ruso como un factor que «debilita enormemente su posición negociadora y su poder de negociación con Rusia».
La propuesta de aranceles a China, que oscilarían entre el 50% y el 100%, se presenta como una herramienta para forzar a Beijing a utilizar su influencia sobre Moscú para poner fin a la guerra. Trump argumenta que China ejerce un control significativo sobre Rusia y que, al presionar económicamente a Beijing, se podría acelerar el fin del conflicto.
«Solo estoy aquí para ayudar a detener la guerra y salvar miles de vidas rusas y ucranianas», enfatizó Trump, añadiendo que la implementación de sus propuestas conduciría a un rápido fin de la guerra. En caso contrario, advirtió, la OTAN estaría «desperdiciando mi tiempo, y el tiempo, la energía y el dinero de los Estados Unidos».
Las declaraciones de Trump se producen en un momento crítico, tras la incursión de al menos 19 drones rusos en el espacio aéreo de Polonia, un acto que ha provocado una respuesta armada de la OTAN y ha elevado la tensión en la región. La alianza atlántica ha reforzado sus defensas en el flanco oriental de Europa, activando la operación «Centinela oriental», que implica el despliegue de tropas y sistemas de defensa aérea de varios países miembros.
El incidente ha sido calificado como «temerario» e «inaceptable» por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, quien ha subrayado la preparación de la alianza para defender a sus miembros. Desde Estados Unidos, la embajadora en funciones ante la ONU, Dorothy Shea, ha reiterado el compromiso de su país de «defender cada centímetro del territorio de la OTAN».
El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha calificado la incursión de los drones como un «ataque» y ha agradecido a la OTAN por su «acción y decisiones contundentes». Mientras tanto, el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, ha negado cualquier intención de atacar Polonia y ha atribuido la reacción occidental a un intento de Ucrania de internacionalizar el conflicto.
La situación sigue siendo delicada, con la OTAN analizando nuevas medidas de presión contra Rusia y reafirmando su compromiso de proteger a todos sus miembros. La propuesta de Trump añade un nuevo elemento de complejidad a la ecuación, generando debate sobre la estrategia más efectiva para lograr la paz en Ucrania y garantizar la seguridad en Europa.