La Comisión Internacional Investigadora de la ONU ha imputado a Rusia el crimen de lesa humanidad por el traslado forzoso de población ucraniana desde territorios ocupados o en expansión, una acusación grave que eleva la tensión internacional. Erik Mose, presidente de la Comisión, denunció ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra que el terror infundido en la población obliga a miles a huir. Las investigaciones de la ONU revelan que los ataques con drones y las deportaciones forman parte de una estrategia coordinada de las autoridades rusas para consolidar el control territorial en Ucrania, forzando el éxodo de la población local.
Según la Comisión, las localidades atacadas por Rusia se extienden a lo largo de más de 300 kilómetros en la orilla derecha del río Dniéper, bajo control ucraniano. Las fuerzas rusas, desde posiciones en la orilla izquierda, utilizan drones para atacar a civiles, viviendas e infraestructura vital en las provincias de Jersón, Dnipropetrovsk y Mykolaiv. Estos ataques, que incluyen el lanzamiento de explosivos contra civiles, son rastreados y difundidos en canales de Telegram administrados por unidades de las fuerzas armadas rusas, lo que constituye, según la ONU, un crimen de guerra. Los drones también han atacado a socorristas y vehículos de emergencia, dificultando la asistencia a las víctimas. La Comisión también reveló que los ataques con armas explosivas en zonas pobladas han aumentado significativamente este año, representando la principal causa de víctimas civiles, con un incremento del 40% respecto a 2024.
En un reciente ataque, la Fuerza Aérea de Ucrania informó sobre el derribo de 132 drones rusos. Sin embargo, nueve lograron impactar en diversas localizaciones, incluyendo Zaporiyia, donde tres personas murieron por bombas guiadas. Ivan Fedorov, responsable de la Administración Regional de Zaporiyia, denunció que los ataques rusos se dirigieron contra infraestructuras civiles, como aparcamientos y zonas cercanas a centros comerciales, calificándolos de «ataque terrorista deliberado». La Fuerza Aérea ucraniana detalló que Rusia lanzó 141 drones, incluyendo modelos Shahed de origen iraní y Gerbera.
Este nuevo ataque se suma a la creciente preocupación internacional por la seguridad de los civiles en Ucrania. Líderes mundiales se han reunido en Nueva York para impulsar el reconocimiento del Estado palestino, en una jornada marcada por la ausencia de Israel y Estados Unidos, reflejando la complejidad del panorama geopolítico actual. Paralelamente, líderes religiosos de 60 países se congregaron en Kazajistán para promover la paz global, destacando la necesidad urgente de diálogo interreligioso frente a la inestabilidad mundial. Alemania también interceptó un avión ruso cerca del espacio aéreo de la OTAN, subrayando la tensión militar en la región. La situación humanitaria sigue siendo crítica, con más de medio millón de gazatíes huyendo de la capital tras la ofensiva israelí contra Hamas, según informes de Israel.
Las acusaciones de la ONU y los recientes ataques resaltan la urgencia de una solución diplomática al conflicto en Ucrania, así como la necesidad de proteger a la población civil de los horrores de la guerra. La comunidad internacional observa con atención los acontecimientos, mientras se buscan mecanismos para garantizar la rendición de cuentas por los crímenes cometidos y para restaurar la paz en la región.