Panamá y Canadá han dado un paso histórico en la protección de los océanos al presentar este martes, durante la tercera Cumbre de los Océanos en Niza (Francia), la Coalición de Alta Ambición para un Océano Silencioso. Esta iniciativa, pionera a nivel mundial, reúne a 35 países —incluidos los 27 de la Unión Europea y con la representación de España a través de la ministra Sara Aagesen— con el objetivo de reducir la contaminación acústica submarina causada por el transporte marítimo.
La coalición, respaldada por la organización Ocean Care, representa el primer compromiso político global para mitigar el ruido submarino, una amenaza creciente para la vida marina. El ministro de Ambiente de Panamá, Juan Carlos Navarro, destacó que el ruido submarino ha sido frecuentemente ignorado en el discurso ambiental, y recalcó la urgencia de actuar de forma decidida para proteger la biodiversidad marina de esta “amenaza invisible pero poderosa”.
Por su parte, el embajador de Canadá en Francia y Mónaco, Stéphane Dion, subrayó la importancia de la acción colectiva y la cooperación internacional para restaurar un océano más silencioso y saludable para las futuras generaciones, al tiempo que se promueve la sostenibilidad en el transporte marítimo.
La vicepresidenta tercera del Gobierno español y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, anunció que en dos semanas la ciudad de Vigo acogerá la reunión ministerial de la Convención OSPAR 2025, donde se prevé aprobar el primer Plan Regional sobre Ruido Submarino. Este plan establecerá acciones conjuntas para avanzar en la lucha contra el ruido submarino en el Atlántico Nordeste.
Expertos y líderes presentes en la cumbre coincidieron en que el océano es un entorno acústico esencial para la supervivencia de la vida marina, ya que muchas especies dependen del sonido para comunicarse, navegar y alimentarse. Carlos Bravo, de Ocean Care, advirtió que la contaminación acústica generada por el ser humano está ahogando estos sonidos vitales, pero existen soluciones rentables como la reducción de la velocidad de los barcos, que además ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El lanzamiento de la Coalición de Alta Ambición para un Océano Silencioso evidencia un consenso internacional creciente sobre la necesidad de abordar el ruido submarino para cumplir los objetivos globales de protección de la biodiversidad y el clima.