El precio del petróleo ha experimentado un notable aumento tanto en Estados Unidos como en Europa debido a la intensificación del conflicto entre Israel e Irán en Medio Oriente. El barril de Brent, referencia en Europa, superó los 79 dólares, alcanzando un máximo intradía de 79,04 dólares, lo que representa un aumento del 3% en la jornada. Por su parte, el barril West Texas Intermediate (WTI), referencia en Estados Unidos, se mantuvo más estable, cotizando alrededor de los 75,15 dólares.
Este repunte en los precios del crudo coincide con el recrudecimiento de los ataques mutuos entre Israel e Irán y la posible intervención militar de Estados Unidos en el conflicto, lo que genera incertidumbre sobre el suministro global de energía. Los temores se centran en la posible interrupción del paso por el estrecho de Ormuz, una ruta marítima clave por donde circula aproximadamente una quinta parte del petróleo mundial. Aunque el cierre del estrecho no se considera probable en este momento, la amenaza ha elevado la preocupación en los mercados.
El conflicto comenzó el 13 de junio con una ofensiva militar israelí contra Irán, incluyendo ataques a sitios militares y nucleares iraníes. Desde entonces, el precio del Brent ha subido más de un 10%, mientras que el diésel ha registrado aumentos aún mayores debido a la amenaza que representa la inestabilidad en las rutas marítimas de la región.
Además, Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en Europa y Medio Oriente, desplegando portaaviones y buques de guerra para disuadir una escalada mayor del conflicto, lo que también influye en la percepción de riesgo en los mercados energéticos.
En resumen, la guerra en Medio Oriente ha provocado un aumento significativo en los precios del petróleo en Estados Unidos y Europa, impulsado por la incertidumbre sobre el suministro y la posible participación de Estados Unidos en el conflicto, con especial atención en la seguridad del estrecho de Ormuz y las rutas marítimas estratégicas.