Alemania enfrenta un estancamiento económico y una ralentización en su productividad que ha generado un intenso debate sobre cómo revertir esta situación. Tradicionalmente, el paÃs ha sido un referente por su alta productividad y jornadas laborales relativamente cortas, pero ahora se considera que este modelo ha llegado a un lÃmite. La solución que están proponiendo lÃderes polÃticos y empresariales es trabajar más horas, incluso eliminando dÃas festivos para aumentar el tiempo efectivo de trabajo y, con ello, el crecimiento económico.
El canciller alemán Friedrich Merz ha expresado que «en este paÃs tenemos que volver a trabajar más y, sobre todo, de forma más eficiente», aunque reconoce que hay sectores, especialmente entre los jóvenes, que ya trabajan mucho. Esta postura surge tras la constatación de que en 2023 un empleado alemán trabajó una media de 1.343 horas, cifra inferior a la de otros paÃses europeos como Austria, Suiza o Italia, lo que refleja una preferencia por el ocio que podrÃa estar lastrando la economÃa.
Alemania ha probado otras fórmulas como la semana laboral de cuatro dÃas, con la esperanza de que menos horas aumenten la productividad y el bienestar, pero los resultados no han sido los esperados para impulsar el crecimiento económico necesario. Además, la mayorÃa de las empresas alemanas temen que reducir la jornada laboral pueda implicar una pérdida de riqueza y bienestar económico.
Para 2025, el gobierno alemán ha rebajado su previsión de crecimiento del PIB a cero, reflejando un tercer año consecutivo sin expansión económica. Entre los desafÃos están la escasez de mano de obra cualificada y la rigidez del mercado laboral, que dificultan la recuperación. La propuesta de eliminar un dÃa festivo para trabajar más es vista como una medida simbólica y práctica para aumentar las horas trabajadas y, por ende, la productividad, aunque su impacto real podrÃa ser limitado.
En resumen, Alemania cree que la clave para superar su crisis de productividad y estancamiento económico pasa por trabajar más horas, recuperando la idea de que el trabajo tiene un valor fundamental para mantener la prosperidad del paÃs. Esta solución, aunque controvertida, refleja un cambio en el modelo laboral alemán que hasta ahora privilegiaba el equilibrio entre vida personal y profesional.