Las familias en Gaza enfrentan un peligro extremo al intentar acceder a alimentos debido a un sistema de ayuda humanitaria que, aunque respaldado por Israel, ha convertido los centros de distribución en zonas de alto riesgo. Desde la implementación de este sistema, llegar a los puntos de entrega, que están fuertemente vigilados y rodeados de alambradas y puestos militares, se ha vuelto una tarea que pone en peligro la vida de los palestinos hambrientos.
La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), apoyada por Estados Unidos e Israel, administra estos centros de distribución, pero las condiciones son extremadamente peligrosas. Los puntos de entrega son grandes, del tamaño de campos de fútbol, pero están vallados y tienen un solo acceso, lo que genera aglomeraciones en las que miles de personas luchan por conseguir alimentos. Las fuerzas israelÃes disparan a quienes se acercan a los controles, saltan las vallas o llegan fuera del horario permitido, lo que ha provocado numerosas muertes y heridos.
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que diariamente reciben a personas heridas o muertas por disparos mientras intentaban obtener comida en estos puntos. El hospital de campaña de MSF en Deir al Balá ha visto un aumento del 190% en pacientes con heridas de bala durante las semanas recientes, y su clÃnica en Al Mauasi ha atendido a cientos de heridos provenientes de estos centros.
Las Naciones Unidas también han condenado estos hechos, calificándolos de inaceptables y exigiendo investigaciones independientes para garantizar la rendición de cuentas. Han alertado que obligar a civiles a acudir a zonas valladas para recibir ayuda y luego dispararles es una acción inhumana y una violación del acceso humanitario.
Además, la situación se agrava porque la Fundación Humanitaria para Gaza ha enfrentado amenazas de Hamas, que busca controlar el flujo de ayuda y ha impedido la apertura de algunos centros, especialmente en el norte del enclave, donde viven cerca de un millón de personas.
Los incidentes violentos no son aislados. En Rafah, en el sur de Gaza, más de veinte personas murieron y más de cien resultaron heridas cuando las tropas israelÃes abrieron fuego contra civiles que esperaban para recoger alimentos en los puntos de distribución. Otros episodios de caos y pánico han ocurrido cuando multitudes desesperadas intentaron acceder a los centros de ayuda, con disparos y fuego de tanques reportados en las inmediaciones.
En resumen, la población de Gaza se encuentra en una situación crÃtica donde buscar comida puede ser mortal debido a la violencia en los puntos de distribución de ayuda, la vigilancia militar extrema y las restricciones impuestas tanto por Israel como por Hamas, lo que agrava la crisis humanitaria y alimentaria en la región.