Nike anticipa un impacto de 1.000 millones de dólares por los aranceles de Trump. La compañía planea mitigar estos costos trasladando la producción fuera de China y ajustando los precios para los consumidores.
Nike ha anunciado que espera pagar 1.000 millones de dólares adicionales debido a los aranceles impuestos por la administración Trump. Esta declaración fue realizada por Matthew Friend, director financiero de Nike, durante una conferencia con analistas, donde describió los aranceles como un “nuevo y significativo obstáculo de costos”.
Para contrarrestar este impacto financiero, Nike planea reducir su dependencia de la cadena de suministro en China. Friend explicó que, aunque China sigue siendo un componente importante de su base de abastecimiento global, la empresa tiene como objetivo disminuir las importaciones de calzado a Estados Unidos desde el 16% actual a un porcentaje de un solo dígito alto para el año fiscal 2026. Esta reducción se logrará mediante la diversificación del abastecimiento hacia otros países.
Además de ajustar su cadena de suministro, Nike también considera trasladar parte de este aumento de costos a los consumidores a través de incrementos de precios. Esta estrategia busca equilibrar la rentabilidad de la empresa sin afectar significativamente su volumen de ventas.
El anuncio de Nike se produce en un contexto de desaceleración del gasto del consumidor en Estados Unidos. Las ventas minoristas en el país han disminuido por segundo mes consecutivo, lo que sugiere que la incertidumbre económica y los aranceles están influyendo en las decisiones de compra de los consumidores.
El impacto de los aranceles y la caída del gasto del consumidor se reflejó en la utilidad neta del cuarto trimestre de Nike, que experimentó una fuerte caída del 86%, situándose en 211 millones de dólares en comparación con los 1.500 millones de dólares del año anterior.
A pesar de estos desafíos, el CEO de Nike, Elliott Hill, se mostró optimista sobre el futuro de la empresa. Hill afirmó que es “hora de pasar la página” y que Nike planea “ajustar agresivamente tres franquicias muy importantes”: Air Force 1, Dunk y Air Jordan. No se mencionó, sin embargo, el retraso en el lanzamiento de NikeSkims con Kim Kardashian.
El optimismo de Hill fue bien recibido por los inversores, y las acciones de Nike (NKE) subieron casi un 11% en las operaciones previas a la apertura del viernes. Hill está reenfocando la estrategia de Nike en el deporte, una prioridad que había sido relegada bajo la administración anterior.
“Nike, Jordan y Converse trabajarán cada día con la misión de crear los productos, calzado, ropa y accesorios más innovadores y codiciados para los atletas específicos a los que sirven”, afirmó Hill. “Estos equipos obsesionados con el deporte crearán mayor dimensión y distinción para nuestras tres marcas, nos harán más competitivos y acelerarán nuestro crecimiento”.
El analista Neil Saunders, director general de GlobalData, expresó su confianza en que Nike “ya superó lo peor en cuanto a rentabilidad”. Saunders destacó que Nike “sigue siendo la marca más importante en ropa deportiva por un amplio margen”, lo que implica que la empresa debe defender constantemente su cuota de mercado frente a competidores más pequeños. A pesar de los desafíos, Saunders considera que Nike tiene una base sólida desde la cual crecer.