El «matraqueo» en la elección de la nueva junta directiva de la Asamblea Nacional de Panamá se refiere a las presiones, maniobras y torceduras de brazo que se vivieron durante la sesión del 1 de julio de 2025, que paralizó la Asamblea por cinco horas y retrasó la elección presidencial. La candidata oficialista Shirley Castañedas, vinculada al expresidente Ricardo Martinelli, no logró los votos necesarios para imponerse, a pesar de la presión ejercida por el grupo Realizando Metas (RM) y el Partido Revolucionario Democrático (PRD) para mantener el control del órgano legislativo.
Diputados de diversas bancadas, como Vamos, Partido Panameñista, Cambio Democrático y Partido Popular, denunciaron públicamente las presiones, incluyendo la presencia de funcionarios del Ejecutivo en los pasillos y oficinas de la Asamblea, quienes llamaban y presionaban a diputados para influir en la votación. Entre los señalados están Ventura Vega, secretario general de la ContralorÃa, Jorge Ricardo Fábrega, asesor presidencial, y el contralor Anel Flores, quienes se movieron entre bastidores tras una visita cuestionada de Castañedas al Palacio de las Garzas.
Las denuncias incluyeron intentos de quebrar votos, amenazas a diputados y maniobras para impedir la apertura de la sesión. La diputada Janine Prado (Vamos) denunció que funcionarios del Ejecutivo actuaron como si la Asamblea fuera una extensión del Palacio de las Garzas, lo que fue rechazado por el presidente Mulino en su informe a la Nación, negando la existencia de «matraqueo». Sin embargo, diputados como Luis Duke calificaron estas acciones como un claro «matraqueo».
Finalmente, la elección se resolvió con la victoria de Jorge Herrera, del Partido Panameñista, apoyado por una coalición que incluyó a Vamos, Cambio Democrático, Partido Popular y otros, evidenciando un cambio de estrategia polÃtica y la derrota del intento oficialista de mantener el control de la Asamblea.