Miles de ucranianos se manifestaron el martes 22 de julio de 2025 en Kiev y otras ciudades exigiendo al presidente Volodímir Zelenski que vete una controvertida ley que, según críticos, pone en riesgo la independencia de dos organismos clave en la lucha contra la corrupción: la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) y la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO). La protesta representó la primera gran concentración contra el Gobierno en más de tres años desde que comenzó la invasión rusa a gran escala.
El Parlamento ucraniano aprobó un proyecto de ley que fortalece la supervisión estatal sobre la NABU y la SAPO; sin embargo, sus detractores advierten que esta normativa podría debilitar la autonomía de estas instituciones anticorrupción, transformando a NABU en una subdivisión dependiente de la Oficina del Fiscal General y dejando al jefe de SAPO como una figura meramente nominal. Pese a las protestas públicas y críticas, Zelenski firmó la ley el mismo martes.
Este movimiento legislativo genera preocupación en la Unión Europea debido a que la lucha contra la corrupción es un requisito fundamental para que Ucrania pueda acceder a la membresía europea y para garantizar el apoyo político y financiero occidental en su resistencia frente a la agresión rusa. La comisaria europea de Ampliación, Marta Kos, calificó la aprobación de la ley como un «grave retroceso» y subrayó que organismos independientes como NABU y SAPO son esenciales para mantener el Estado de derecho, que está en el centro de las negociaciones de adhesión de Ucrania a la UE.
La rama ucraniana de Transparencia Internacional también se pronunció en contra de la nueva ley, argumentando que debilita las reformas anticorrupción previas y daña la confianza de los socios internacionales. Instó a Zelenski a vetar la norma para evitar compartir la responsabilidad del desmantelamiento de la infraestructura anticorrupción en el país.
Las manifestaciones mostraron un fuerte descontento social, con pancartas que pedían «Vetar la ley», «Proteger el sistema anticorrupción, proteger el futuro de Ucrania» y otras expresiones de rechazo. Estas protestas marcan un punto importante ya que, aunque desde la invasión se han realizado concentraciones sobre temas militares, esta es la primera en confrontar directamente decisiones internas del Gobierno.