Las deportaciones masivas de afganos desde Irán y Pakistán han desencadenado una grave crisis de derechos humanos, según un informe reciente de la ONU. En lo que va de 2025, más de 1.9 millones de afganos han sido obligados a regresar a su país, la mayoría procedentes de Irán, generando una situación humanitaria insostenible. La ONU denuncia torturas, detenciones arbitrarias y otras violaciones de derechos humanos cometidas por las autoridades talibanas contra estos retornados, especialmente mujeres, niñas, trabajadores de los medios de comunicación y personas afiliadas al anterior gobierno afgano.
Según la ONU, las autoridades talibanas están cometiendo violaciones de derechos humanos contra los afganos que regresan, incluyendo torturas y detenciones arbitrarias. Las campañas de deportación a gran escala lanzadas por Irán y Pakistán han obligado a millones de afganos a regresar a Afganistán. La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) estima que hasta tres millones de personas podrían regresar a Afganistán en 2025, un país que enfrenta una grave crisis humanitaria.
El informe de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán y la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se basó en entrevistas con 49 afganos que regresaron. Afirmó que se han cometido violaciones contra los afganos “en función de su perfil específico”, incluidas mujeres, trabajadores de los medios de comunicación y miembros de la sociedad civil, así como personas afiliadas al anterior gobierno respaldado por el extranjero que cayó en 2021. El gobierno talibán ha negado anteriormente las acusaciones de abuso y ha declarado una amnistía contra quienes trabajaron para las fuerzas de la OTAN y el gobierno anterior durante su conflicto de dos décadas contra la insurgencia talibán.
Volker Turk, alto responsable de derechos humanos de la ONU, ha insistido en que nadie debe ser devuelto a un país donde corra el riesgo de persecución por su identidad o historia personal. La situación es particularmente grave para las mujeres y niñas, sometidas a medidas que equivalen a persecución por su género, según la ONU. Las autoridades talibanas han impuesto restricciones severas a las mujeres en los últimos cuatro años, prohibiéndoles el acceso a universidades, parques públicos, gimnasios y salones de belleza, lo que la ONU ha denunciado como «apartheid de género».
Mientras tanto, otros países también están tomando medidas restrictivas hacia los afganos. Alemania deportó recientemente a 81 hombres afganos que habían cometido delitos, y Estados Unidos anunció la revocación del estatus de protección temporal para miles de afganos. La ONU ha calificado el aumento reciente de retornados como una «crisis de derechos humanos de múltiples capas» y ha solicitado el cese inmediato de las devoluciones forzosas. La situación en Afganistán es crítica, y la comunidad internacional debe actuar para proteger los derechos humanos de los afganos que regresan al país.