El reciente episodio de violencia protagonizado por el diputado Jairo “Bolota” Salazar del Partido Revolucionario Democrático (PRD) contra su colega Betserai Richards ha puesto bajo el foco la conducta ética dentro de la Asamblea Nacional de Panamá. Este incidente, ocurrido fuera del pleno, ha generado un amplio rechazo social y cuestionamientos sobre la respuesta institucional del PRD, sumando a la preocupación sobre la normalización de la violencia en el ámbito legislativo.
El silencio institucional del PRD
A pesar de la presión pública, el PRD no ha emitido declaraciones, comunicados ni iniciado acciones visibles ante la agresión de Salazar. Esta actitud ha sido denunciada por figuras históricas del partido, como Francisco Sánchez Cárdenas, quien considera el silencio como reflejo de un deterioro ético y doctrinario dentro de la organización. Según Cárdenas, “lo que se ha visto en los últimos días ya va más allá del calor de un debate parlamentario”, señalando el riesgo para la legitimidad democrática y la convivencia dentro del Parlamento.
Opiniones críticas dentro del PRD
Exdirigentes y militantes históricos del PRD, como Sánchez Cárdenas y Mitchell Doens, han expresado su inconformidad frente a la omisión del partido. Doens destaca que la violencia política debe ser rechazada y recomienda al partido asumir un rol activo. Aunque Salazar pidió disculpas públicas, Cárdenas subraya que la reincidencia debe ser abordada con medidas disciplinarias claras y no solo con declaraciones apologéticas.
Historial de violencia en la Asamblea
El caso de Salazar no es un hecho aislado. El PRD ha sido protagonista de otros episodios de violencia y confrontación dentro de la Asamblea Nacional:
- Raúl Pineda: En agosto de 2021 tuvo un altercado con Edison Broce y, en 2012, acudió al pleno armado y empujó a un vicepresidente de la Asamblea.
- Crispiano Adames: En 2019, lanzó amenazas físicas a Leandro Ávila, lo cual derivó en la suspensión de la sesión.
- Luis “Lucho” Gómez vs. Guillermo “Willy” Cochez: En 1989, protagonizaron un episodio conflictivo que marcó un precedente en la historia parlamentaria panameña.
El debate sobre la responsabilidad política
Analistas y fundadores del PRD resaltan que, ante estos hechos, el partido debió condenar la agresión y abrir un proceso disciplinario inmediato. Sin embargo, el corporativismo y la prioridad en proteger liderazgos internos han prevalecido sobre la defensa de principios democráticos y éticos, lo que contribuye al creciente descrédito de la Asamblea y del propio PRD.