Los enfrentamientos entre Tailandia y Camboya se mantienen por tercer día consecutivo en su frontera, dejando un saldo de al menos 32 fallecidos y desplazando a más de 140,000 personas. Esta escalada bélica continúa a pesar de los llamados de ambos gobiernos a un alto el fuego, reflejando la persistente tensión en una disputa territorial que data desde la época colonial.
Según reportes oficiales, del lado camboyano han muerto al menos 13 personas, entre ellas ocho civiles y cinco soldados. En Tailandia, la cifra asciende a 19 muertos, compuesta por 13 civiles y seis militares. Además, Camboya ha registrado 21 heridos y ha desplazado a unas 3,400 familias, mientras que Tailandia ha evacuado a más de 138,000 personas principalmente en provincias fronterizas como Ubon Ratchathani y Surin.
Los combates han involucrado disparos con armas ligeras, artillería, cohetes y ataques aéreos, intensificándose en al menos una docena de zonas a lo largo de los más de 800 kilómetros de frontera que comparten ambos países. El conflicto se reavivó tras un incidente cerca del templo Ta Muen Thom, y se ha extendido rápidamente. Camboya habría utilizado tanques y armamento de largo alcance, mientras Tailandia sostiene que responde en defensa propia.
Esta disputa limítrofe tiene raíces históricas, derivadas de una demarcación colonial antigua y disputas no resueltas que incluyen áreas de valor cultural y estratégico. El impacto humanitario es significativo, con miles de civiles atrapados, evacuados y en condiciones precarias debido a la violencia. Organismos civiles y gobiernos locales han instalado refugios temporales para los desplazados.
Ambas naciones insisten en la búsqueda de una solución pacífica, aunque la continuidad de los enfrentamientos evidencia la alta tensión y complejidad del conflicto.