El presidente venezolano Nicolás Maduro confirmó que Chevron, la petrolera estadounidense con 102 años de presencia en Venezuela, recibió la autorización del gobierno de Donald Trump para continuar sus operaciones en el paÃs. Este permiso es visto como una señal de flexibilización en la postura de Estados Unidos hacia el régimen de Maduro y tiene implicaciones económicas profundas para Venezuela.
La importancia de esta licencia radica en que aproximadamente el 85% de los ingresos en divisas de Venezuela provienen del petróleo, y Chevron representa cerca del 30% de esos ingresos en dólares. Además, la empresa es responsable del 40% de los dólares que financian las importaciones del sector privado venezolano. Por tanto, su operación no solo aporta ingresos directos, sino que también impulsa otros sectores de la economÃa al reinyectar dólares en moneda local a través de bancos privados.
La economÃa venezolana ha sufrido un colapso severo, con una reducción de cerca del 80% del PIB entre 2013 y 2022, en gran medida debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos, que apuntaron a paralizar la estatal PDVSA. Sin embargo, el reinicio de operaciones de Chevron a finales de 2022 contribuyó a que la economÃa comenzara a mostrar signos de recuperación y permitió que la producción petrolera aumentara hasta poco más de un millón de barriles diarios, un incremento significativo desde los mÃnimos históricos de 2018.
Aunque Trump anunció en enero que revocarÃa la licencia a Chevron debido a incumplimientos de Caracas en garantÃas electorales y en la aceptación de migrantes deportados desde Estados Unidos, esta revocación fue percibida como un duro golpe para la economÃa venezolana. La posible salida de Chevron afectarÃa negativamente los ingresos petroleros y la producción, con previsiones de una caÃda del 40% en ingresos y del 25% en producción, lo que agravarÃa la inflación y la devaluación monetaria.
Por ello, la operación de Chevron se ha convertido en un elemento clave para la estabilidad económica venezolana, sirviendo también como un instrumento de negociación en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela. La licencia no solo apoya la industria petrolera, sino que también mitiga el impacto de las sanciones y contribuye a frenar la crisis económica y social en el paÃs.