Satya Nadella, CEO de Microsoft, proyecta un futuro donde la inteligencia artificial (IA), la computación cuántica y los agentes autónomos convergen para solucionar problemas globales, siempre y cuando su consumo energético se justifique con beneficios tangibles en áreas clave como la salud, la educación y la productividad. En su reciente presentación en la Escuela de Startups de IA en San Francisco, Nadella destacó que la IA debe generar un superávit social y económico concreto para justificar su impacto.
Para Nadella, la IA representa la cuarta gran revolución tecnológica de Microsoft, tras el PC, Internet y la nube. Subrayó que la expansión de la IA se ha visto impulsada por la computación en la nube, que permite la creación de supercomputadoras especializadas para entrenar modelos avanzados. Comparó el momento actual con la aparición de SQL en el mundo del software, donde la IA ofrece una plataforma estable para el desarrollo de productos sofisticados. Sin embargo, advirtió sobre el desafío del consumo energético, que podría duplicarse en Estados Unidos debido a la demanda de la IA, y enfatizó la necesidad de un «permiso social» basado en la generación de valor real en la sociedad.
Nadella ilustró el potencial de la IA con ejemplos concretos. Mencionó su experiencia en India, donde un agricultor pudo acceder a subsidios estatales a través de un chatbot en WhatsApp que utilizaba modelos de IA desarrollados en Occidente. También citó un estudio del Banco Mundial que destaca el impacto positivo de herramientas como GitHub Copilot en la educación en África y Latinoamérica. Para Nadella, la verdadera medida del éxito de la IA radica en su capacidad para mejorar vidas en diversos contextos.
La adopción de la IA implica una transformación profunda en los flujos de trabajo y en la naturaleza de los empleos. Nadella recordó cómo el correo electrónico y las hojas de cálculo revolucionaron las previsiones de ventas en las empresas, y augura un proceso similar con la IA. Destacó la importancia de facilitar la adaptación de las personas al uso diario de la IA, y afirmó que la gestión del cambio es el verdadero reto para la adopción de esta tecnología. En este sentido, mencionó la reorganización en LinkedIn, donde los equipos se transformaron en «constructores de pila completa», modificando los roles tradicionales.
En cuanto al futuro de la ingeniería de software, Nadella descartó que la IA vaya a sustituir a la inteligencia humana, sino que la considera una herramienta. Visualiza a los ingenieros como arquitectos responsables de controlar agentes automatizados, y enfatizó la necesidad de mantener la supervisión humana en el desarrollo y despliegue de la IA para garantizar la responsabilidad legal y la comprensión de su funcionamiento.
De cara al futuro, Nadella identificó como prioridades la capacidad de memoria, el uso de herramientas y la autonomía de los agentes en la IA. También destacó el potencial de la computación cuántica, en la que Microsoft ha invertido durante más de veinte años, para acelerar los avances en química, física y materiales. En el cierre de su presentación, Nadella compartió reflexiones sobre liderazgo y actitud profesional, animando a los jóvenes desarrolladores a centrarse en el impacto positivo de sus creaciones y a empoderar a las personas con las herramientas que ofrecen.