Diputados y exdiputados de la Asamblea Nacional de Panamá han denunciado un trato desigual en la asignación de oficinas dentro de la institución, donde algunos legisladores disfrutan hasta de cuatro despachos, mientras que otros apenas cuentan con uno solo. Esta distribución, según indican fuentes legislativas, no se basa en criterios técnicos ni institucionales, sino en la cercanía política con la actual junta directiva presidida por Jorge Herrera.
El diputado Ernesto Cedeño, del Movimiento Otro Camino (MOCA), destacó en pleno que el artículo 19 de la Constitución prohíbe cualquier forma de discriminación o privilegio, y criticó la existencia de “palacetes” para ciertos parlamentarios. Cedeño solicitó igualdad de trato para todos los diputados, sin pedir excesos, y urgió al presidente de la Asamblea a corregir estas irregularidades con equidad y transparencia.
Al menos 16 diputados cuentan con más de una oficina, entre ellos figuras del Partido Revolucionario Democrático (PRD), como Jaime Vargas, Crispiano Adames, Raúl Pineda, y Benicio Robinson, este último con el gasto más elevado en planilla ($261,225 mensuales). También se registra favoritismo hacia diputados del partido Realizando Metas (RM) y del Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena).
Diputados independientes y de bancadas menores como Seguimos han denunciado la falta de espacio adecuado, con algunos trabajando en edificios deteriorados o sin una oficina propia, situación que afecta también al personal institucional. Líderes como Juan Diego Vásquez han advertido que, sin acciones concretas para igualar condiciones, los llamados a la equidad legislativa quedarán en letra muerta.
Esta problemática revela un ambiente de favoritismo y privilegios que contrasta con los principios constitucionales y el discurso de transparencia y respeto que debe imperar en la Asamblea Nacional, generando críticas internas y presiones para una reforma en la asignación y gestión de los recursos institucionales.