La presión interna en Israel para poner fin a la guerra en Gaza está aumentando, con figuras prominentes de los estamentos de seguridad del país alzando sus voces para exigir un alto el fuego y la liberación de los rehenes. En un giro sorprendente, ex altos cargos militares y de inteligencia han instado al Gobierno de Benjamín Netanyahu a buscar una solución negociada al conflicto, argumentando que los objetivos militares ya se han cumplido y que la continuación de la ofensiva solo está perjudicando la seguridad y la imagen de Israel.
Un grupo de 19 exdirectores de las agencias de inteligencia, del ejército y de la policía israelí publicaron un vídeo en el que advierten al Gobierno de Netanyahu que Israel «está perdiendo la seguridad y la identidad». En su comunicado, exigen un acuerdo de alto el fuego que permita la liberación de los rehenes que aún permanecen cautivos en Gaza. Paralelamente, centenares de antiguos miembros de los cuerpos de seguridad israelíes firmaron una carta dirigida al presidente de Estados Unidos, instándolo a presionar a Netanyahu para que detenga las operaciones militares en el enclave.
Estos exfuncionarios argumentan que Israel ya ha logrado desmantelar la fuerza militar de Hamás y su capacidad de gobernanza, los dos objetivos principales que se podían alcanzar por la fuerza. El tercer objetivo, y el más importante, el regreso de los rehenes, solo se puede lograr mediante un acuerdo de tregua con la milicia palestina, sostienen.
La publicación de estos comunicados representa una de las muestras de oposición más contundentes al Gobierno israelí desde el inicio del conflicto. Las protestas callejeras en Israel, que exigen una tregua para liberar a los rehenes, han cobrado un nuevo impulso tras la difusión de vídeos que muestran el deterioro físico de algunos de los cautivos. Se cree que aún permanecen 50 rehenes en Gaza, de los cuales unos 20 estarían con vida.
En el vídeo dirigido a los gobernantes y al público israelí, los exdirectores de inteligencia y del ejército denuncian que la guerra en Gaza, que comenzó como una operación defensiva y logró una victoria militar inicial, ha perdido su propósito claro y se ha convertido en una garantía para la derrota. Según Amos Malka, antiguo jefe de inteligencia militar, la guerra podría haber terminado con éxito hace más de un año. Tamir Prado, exdirector del Mossad, advierte que Israel se encuentra «ante el precipicio de la derrota» y critica la crisis humanitaria en Gaza, calificándola como una creación propia.
Los ex altos cargos de seguridad consideran que la permanencia de las tropas israelíes en Gaza es un desastre para Israel, ya que el ejército está sufriendo bajas sin obtener logros significativos y la imagen del país se está deteriorando a nivel internacional. También cuestionan la Operación Carros de Gedeón, lanzada en mayo con el objetivo de ocupar el 75% del territorio, por la ausencia de resultados concretos.
Moshe Ya’alon, antiguo jefe del ejército, insta a poner fin a la ofensiva, argumentando que ha llegado el momento de decir «hasta aquí y no más allá». También critica la influencia de los ministros supremacistas Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich en el Gobierno de Netanyahu, afirmando que están llevando al país en una dirección irracional. Yoram Cohen, exdirector del Shin Bet, coincide en que esta minoría se ha adueñado de la política.
La carta dirigida a Donald Trump, firmada por 550 exfuncionarios israelíes, le pide que use su credibilidad ante la sociedad israelí para guiar a Netanyahu y su Gobierno «en la dirección correcta», lo que implica el fin de la guerra, la devolución de los rehenes y el cese del sufrimiento. Los firmantes aseguran que Hamás ya no representa una amenaza estratégica para Israel y denuncian que la guerra se ha convertido en algo más que un conflicto. Tanto el vídeo impulsado por los antiguos altos cargos como la carta compartida por los exoficiales comparten el tono, las razones expuestas, el momento de publicación e incluso algunos de los firmantes, lo que sugiere una coordinación entre ambas acciones ante lo que perciben como una urgencia.
La guerra en la Franja de Gaza comenzó en octubre de 2023 tras la ofensiva de Hamás en el sur de Israel. En enero de este año, se alcanzó un acuerdo de alto el fuego que debía desembocar en una paz definitiva, la liberación de los cautivos y la retirada de las tropas israelíes del enclave. Sin embargo, las autoridades israelíes rompieron la tregua de manera unilateral en marzo, retomando la ofensiva y frustrando las esperanzas de una solución pacífica.