España ha intensificado sus esfuerzos para combatir los graves incendios forestales que afectan especialmente a la región noroccidental de Galicia, anunciando el despliegue de 500 soldados adicionales para reforzar las labores de extinción y apoyo logístico. Con esta medida, el total de efectivos militares involucrados en la lucha contra el fuego supera los 1,900 soldados, que se suman a más de 3,400 bomberos y miles de efectivos de emergencia ya desplegados.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, informó que estas tropas adicionales se unen en un momento crítico para contener las llamas, especialmente en 12 grandes incendios activos cerca de la ciudad de Orense. En la región también se han llevado a cabo confinamientos y evacuaciones preventivas para proteger a la población y sus viviendas. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha alertado sobre temperaturas extremas de hasta 45 ºC, lo que incrementa el riesgo de propagación del fuego.
Además de los recursos terrestres, se espera la llegada de refuerzos aéreos procedentes de otros países europeos, como Francia, Italia y Holanda, en virtud de acuerdos de cooperación regional para la gestión de incendios. En el sur de Europa, la situación se mantiene crítica, aunque Portugal comienza a registrar temperaturas más bajas que podrían ayudar a mitigar los incendios. Otras naciones, como Grecia, Bulgaria, Montenegro y Albania, han solicitado ayuda europea para enfrentar sus propios focos de incendios.
El Gobierno español, liderado por Sánchez, ha enfatizado que la movilización actual es una de las mayores de protección civil a nivel europeo, y ha planteado la necesidad de un pacto de Estado para adaptar el país al cambio climático, que está agravando la frecuencia e intensidad de estas catástrofes naturales. La ministra de Defensa, Margarita Robles, confirmó que los soldados realizan principalmente tareas logísticas, ya que solo los profesionales de la Unidad Militar de Emergencias (UME) están capacitados para combatir directamente el fuego.
En estas semanas, los incendios han consumido más de 340,000 hectáreas en España, una cifra récord, y han provocado la muerte de al menos cuatro bomberos, señalando la gravedad de la crisis. La situación se mantiene bajo vigilancia estricta mientras las autoridades continúan desplegando recursos para controlar las llamas y proteger a la población.