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La búsqueda de justicia para las víctimas del régimen de Nicolás Maduro ha trascendido las fronteras de Venezuela, llegando a rincones inesperados del planeta. Desde Cúcuta hasta Berlín, pasando por las principales ciudades de Europa, Asia, Oceanía y América, carteles con la recompensa ofrecida por Estados Unidos por la captura de Nicolás Maduro se han multiplicado, inundando calles y plazas con un mensaje contundente: la impunidad no tiene cabida.
Las imágenes de estos carteles, difundidas ampliamente por el Comando ConVzla a través de sus redes sociales, muestran la magnitud de esta campaña global. Ciudades como París, Madrid, Tokio, Santiago, Buenos Aires y Sídney amanecieron con la imagen del líder chavista y el monto de 50 millones de dólares que ofrece el gobierno estadounidense a quien proporcione información que conduzca a su arresto. Esta acción coordinada busca amplificar la presión internacional sobre Maduro y su círculo cercano.
La iniciativa surge como respuesta a un incidente ocurrido en la frontera colombo-venezolana, donde una valla gigante con la misma información fue instalada en la autopista internacional de Villa del Rosario. Sin embargo, la valla fue rápidamente retirada por un simpatizante del chavismo, desatando una ola de críticas y rechazo. Ante este acto de censura, el Comando ConVzla decidió redoblar la apuesta, llevando el mensaje a escala global.
“La justicia está cada vez más cerca de alcanzarlos. Ellos lo saben y cada vez hay más deserciones en sus filas. Nadie quiere quedarse en el barco que se hunde”, declaró la organización opositora al difundir la campaña mundial. La estrategia busca generar un efecto dominó, incentivando a funcionarios y militares venezolanos a romper filas con el régimen ante la creciente presión internacional y las posibles consecuencias legales.
Es importante recordar que Estados Unidos ha incrementado recientemente la recompensa por Maduro a 50 millones de dólares, mientras que por Diosdado Cabello la oferta se ubica en 25 millones de dólares. Ambos son acusados de narcotráfico, corrupción y violaciones de derechos humanos.
La proliferación de estos carteles en todo el mundo es un claro indicativo del alcance que ha logrado la crisis venezolana y del creciente clamor internacional por justicia. Más allá de la recompensa económica, la campaña busca generar conciencia sobre los crímenes cometidos por el régimen de Maduro y presionar a la comunidad internacional para que tome medidas más contundentes.
La pregunta que surge ahora es si esta campaña global logrará el objetivo de llevar a Maduro y a sus colaboradores ante la justicia. Lo que sí es evidente es que la presión internacional se intensifica y que el cerco se estrecha cada vez más sobre el gobierno venezolano.
