Estados Unidos ha intensificado su lucha contra los cárteles de la droga en el Caribe con el despliegue de diez aviones de combate F-35 en un aeródromo de Puerto Rico. Esta acción, confirmada por fuentes cercanas al asunto, se produce en un contexto de creciente tensión en la región y marca un paso más en la política de mano dura del presidente Trump contra el narcotráfico.
Este despliegue se suma a la ya considerable presencia militar estadounidense en el sur del Caribe. La medida responde a una promesa de campaña de Trump de combatir a los grupos a los que responsabiliza de la entrada de drogas en el país. La decisión llega poco después de un ataque de fuerzas estadounidenses contra un barco sospechoso de transportar drogas desde Venezuela, incidente en el que murieron 11 personas.
Según las fuentes, que prefirieron mantenerse en el anonimato, los aviones F-35 están destinados a realizar operaciones contra organizaciones designadas como narcoterroristas que operan en el sur del Caribe. Se espera que los aviones lleguen a la zona a finales de la próxima semana. En las últimas semanas, Estados Unidos ha desplegado buques de guerra en el sur del Caribe, reforzando su ofensiva.
El presidente Trump defendió el reciente ataque al barco, afirmando que ocurrió en aguas internacionales. La presencia militar estadounidense en la región incluye siete buques de guerra y un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear, con más de 4.500 marineros e infantes de marina. La 22ª Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina ha estado realizando entrenamientos anfibios y operaciones de vuelo en el sur de Puerto Rico.
El aumento de la presencia militar estadounidense ha ejercido presión sobre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien el secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, ha descrito como el capo de un narcoestado. Maduro, en una conferencia de prensa, acusó a Estados Unidos de buscar un cambio de régimen a través de la amenaza militar. Las autoridades estadounidenses no han proporcionado una justificación legal clara para el ataque aéreo contra el barco ni han especificado qué tipo de drogas transportaba.
Trump afirmó, sin presentar pruebas, que la tripulación del barco pertenecía a la banda venezolana Tren de Aragua, designada como grupo terrorista por Washington en febrero. El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, calificó a Maduro como un «fugitivo de la justicia norteamericana» y «narcoterrorista», durante una visita oficial a Ecuador. Rubio afirmó que Maduro “no es ni líder legítimo, ni jefe de Estado”, señalando que un gran jurado en Nueva York lo ha encausado por delitos de narcotráfico y terrorismo.
La situación en el Caribe se mantiene tensa, con implicaciones geopolíticas significativas. El despliegue de los F-35 y la retórica de Washington sugieren una estrategia más agresiva contra el narcotráfico, aunque sus efectos a largo plazo en la estabilidad regional aún están por verse. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos y sus posibles consecuencias en la relación entre Estados Unidos y los países de la región.