Las ambiciones de China sobre los minerales críticos en Brasil se están intensificando, con un aumento significativo en las inversiones que superó el 100% en el último año, según un informe reciente del Consejo Empresarial Brasil-China. Este incremento ha generado debates sobre la soberanía nacional y la competencia global en el sector minero.
En agosto de 2025, la multinacional Anglo American vendió sus minas de níquel en Barro Alto y Codemin, ubicadas en el estado de Goiás, a la empresa china MMG, filial de la estatal China Minmetals, por aproximadamente 500 millones de dólares. Esta adquisición otorga al gobierno de Pekín el control de alrededor del 60% de la producción brasileña de níquel, un metal estratégico crucial para la transición energética, las baterías de coches eléctricos, el acero inoxidable y diversas tecnologías avanzadas.
La venta ha provocado controversias tanto a nivel nacional como internacional. El Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) está investigando posibles violaciones de las normas que limitan la compra de tierras rurales por parte de extranjeros, generando preocupaciones sobre la soberanía nacional. Además, la empresa turca Corex Holding alega haber ofrecido 900 millones de dólares por las minas, casi el doble de lo que pagó MMG, pero su propuesta fue rechazada sin explicación. Corex Holding ha denunciado la operación ante el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) y la Comisión Europea, argumentando riesgos para la competencia y el suministro europeo.
Robert Yüksel Yldirim, propietario de Corex Holding, ha instado a Brasil a «mostrar la tarjeta roja a los chinos», advirtiendo que el país está vendiendo sus recursos naturales sin considerar las implicaciones futuras. En Estados Unidos, el Instituto Americano del Hierro y el Acero ha solicitado la intervención del gobierno de Lula, alertando sobre el aumento de la dependencia mundial de minerales críticos controlados por China.
Brasil posee vastas reservas de minerales críticos y tierras raras, elementos esenciales para la economía y la seguridad nacional. Estos minerales incluyen litio, níquel, cobalto, grafito y cobre, así como tierras raras como el neodimio, utilizado en la fabricación de discos duros y turbinas eólicas. La creciente inversión china en el sector minero brasileño ha generado preocupación sobre el control de estos recursos estratégicos.
En noviembre de 2024, China Nonferrous Metal Mining (CNMC) adquirió la compañía minera Taboca en la Amazonía por 340 millones de dólares, obteniendo acceso a importantes reservas de estaño, niobio, tantalio y hafnio. En marzo, Baiyin compró una planta de cobre de Mineração Vale Verde en Alagoas. Asimismo, la empresa automovilística BYD obtuvo derechos de exploración de litio en el valle de Jequitinhonha, una región clave para las reservas de litio brasileñas.
El gobierno brasileño ha iniciado negociaciones con CATL, un fabricante chino de baterías de litio, para fortalecer la producción nacional de baterías y promover la movilidad eléctrica. Sin embargo, aún no se han concretado acuerdos. Además, el galio, otro mineral crítico utilizado en semiconductores y tecnologías avanzadas, ha sido detectado en Carajás, Pará, lo que podría desencadenar una nueva competencia en el sector.
China domina la producción mundial de galio y germanio, y sus restricciones a las exportaciones han intensificado las tensiones geopolíticas y disparado los precios. Brasil enfrenta desafíos para producir galio debido a la limitada exploración geológica, la falta de infraestructura de refinado y la ausencia de incentivos e inversiones significativas.
La importancia de los minerales críticos para la defensa y la tecnología militar también es un factor clave. Estos minerales son indispensables para sistemas de radar, misiles guiados, drones y aviones de combate. El control de estos recursos otorga a China una ventaja estratégica y la capacidad de influir en las cadenas de suministro globales.
En este contexto, incluso los minerales críticos de Brasil se han convertido en un punto de fricción entre China y Estados Unidos. El ministro de Economía brasileño, Fernando Haddad, ha sugerido que estos minerales podrían incluirse en negociaciones con Washington sobre aranceles. Haddad ha insistido en la necesidad de un debate estratégico sobre el uso de las reservas de minerales críticos de Brasil, buscando industrialización y empresas conjuntas, incluso con China.
A pesar de la importancia estratégica de estos recursos, Brasil aún no cuenta con una Política Nacional para Minerales Críticos. Solo el 27% del territorio brasileño ha sido cartografiado, lo que subraya la necesidad de una mayor exploración geológica. El Servicio Geológico Brasileño (SGB) planea presentar un documento técnico sobre minerales críticos y estratégicos en la COP30, buscando fortalecer la soberanía minera y apoyar la transición energética.