Italia ha sido escenario de intensas protestas y movilizaciones en solidaridad con la población de Gaza. Una huelga general, convocada por la Unione Sindacale di Base (USB), un sindicato minoritario, ha superado las expectativas, llevando a miles de personas a las calles en más de 70 ciudades italianas. La jornada de protesta ha dejado una estela de interrupciones, enfrentamientos y reacciones políticas.
Uno de los puntos más álgidos de la protesta se vivió en Milán, donde manifestantes intentaron tomar la estación ferroviaria. La policía, desplegada para proteger a los pasajeros, cerró los accesos, lo que provocó choques con los activistas. Según reportes, los manifestantes levantaron barricadas improvisadas con contenedores de basura y lanzaron botellas, antes de ser dispersados por las fuerzas del orden.
Roma también fue escenario de protestas masivas. Decenas de miles de personas, ondeando banderas palestinas, se concentraron en la estación central y posteriormente bloquearon la circunvalación, una de las principales arterias de la capital italiana, generando caos en el tráfico.
Las movilizaciones no se limitaron a Milán y Roma. La Universidad de Turín también experimentó interrupciones, al igual que los puertos de Livorno y Marghera (Venecia). En Bolonia, los manifestantes bloquearon la autopista A1, una vía crucial que conecta el norte y el sur del país, interrumpiendo el flujo de tráfico y generando retrasos significativos.
El gobierno italiano no tardó en reaccionar a las protestas y a las acusaciones de inmovilismo y complicidad con la situación en Gaza. La primera ministra, Giorgia Meloni, condenó enérgicamente los incidentes violentos en Milán a través de sus redes sociales. Calificó de «indignas» las imágenes de la estación destrozada y los enfrentamientos con la policía, atribuyendo la violencia a supuestos «pro-palestinos», «antifascistas» y «pacifistas». Meloni enfatizó que estos actos de vandalismo no tienen nada que ver con la solidaridad y que tendrán consecuencias negativas para los ciudadanos italianos.
El vicepresidente y ministro de Exteriores, Antonio Tajani, también se pronunció a través de la red social X, afirmando que la violencia, el bloqueo de autopistas, estaciones y puertos no son la forma de ayudar a la población civil palestina. Matteo Salvini, por su parte, calificó las imágenes de «impresionantes», condenando los ataques a la policía y el asalto a estaciones. El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, se sumó a las críticas, calificando el vandalismo como injustificable y contraproducente para la causa de Gaza.
Las protestas en Italia reflejan la creciente preocupación y solidaridad con la situación en Gaza, pero también han generado debate y controversia en torno a las formas de protesta y su impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos.