En Beersheba, una de las ciudades israelíes más castigadas por los ataques iraníes, fue escenario de un misil iraní que impactó un edificio residencial, causando la muerte de cuatro personas, incluso dos que se encontraban en la habitación blindada de la vivienda. Este ataque ocurrió poco antes de que entrara en vigor un alto el fuego entre Israel e Irán, que ambos países se acusan mutuamente de violar. La ciudad y sus barrios cercanos muestran daños evidentes y un ambiente de pesimismo, con residentes y soldados que no confían en que la tregua sea definitiva.
El médico de combate israelí Adir Nahmany, que participó en las labores de rescate, describió la devastación en el edificio y el esfuerzo para salvar a sobrevivientes, incluidos bebés y ancianos. Beersheba ha sido blanco repetido de misiles iraníes en los últimos días, con ataques previos que dañaron gravemente el Hospital Soroka y causaron muertes en edificios residenciales cercanos a jardines de infancia. La población vive bajo constante amenaza, recurriendo a las habitaciones blindadas en sus hogares para protegerse durante los ataques.
El presidente israelí Isaac Herzog expresó esperanza en que se respete el alto el fuego y llamó al regreso inmediato de los rehenes retenidos en Gaza, aunque el ambiente local es de incertidumbre y temor a una escalada mayor. Habitantes como el actor Oren Cohen, cuyo apartamento quedó muy cerca del impacto, reconocen que la violencia es una realidad persistente en Israel, pero mantienen una esperanza cautelosa en el proceso de paz, condicionada a la actitud de Irán.
En resumen, aunque se ha declarado un alto el fuego, la realidad en Beersheba refleja muerte, destrucción y un pesimismo generalizado sobre la posibilidad de una paz duradera, con ataques iraníes recientes que han dejado víctimas civiles y daños significativos justo antes de la tregua.