París, Francia – En un hito histórico, el gobierno francés ha reabierto el río Sena para los bañistas por primera vez en más de un siglo, desde 1923. Este ambicioso proyecto, que se materializó el sábado, 5 de julio de 2025, permite a los residentes y turistas disfrutar de las aguas del Sena en zonas designadas y seguras, marcando un antes y un después en la relación de París con su icónico río.
Desde tempranas horas de la mañana, decenas de personas se congregaron ansiosas para ser los primeros en sumergirse en las aguas revitalizadas del Sena. Las áreas habilitadas para el baño, equipadas con pontones, escaleras, duchas y vestuarios, ofrecen un espacio de esparcimiento y refrigerio en el corazón de la ciudad. Ubicadas cerca de emblemáticos monumentos como la Torre Eiffel y la isla de San Luis, frente a la catedral de Notre-Dame, estas instalaciones son de acceso gratuito y estarán operativas hasta el 31 de agosto, siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan.
Este proyecto, que requirió una inversión de más de 1.400 millones de euros (1.650 millones de dólares), incluyó mejoras significativas en la calidad del agua río arriba. Se implementaron sistemas de captación de aguas residuales para evitar que contaminen el Sena. Sin embargo, las autoridades reconocen que, en caso de lluvias intensas, la mezcla de aguas pluviales y residuales aún representa un desafío, pudiendo obligar al vertido de estas aguas en el río.
La reapertura del Sena para el baño es considerada un legado de los Juegos Olímpicos y una respuesta a la necesidad de adaptación al cambio climático. París, que recientemente experimentó una ola de calor con temperaturas cercanas a los 40°C, ofrece ahora una alternativa refrescante para sus habitantes y visitantes.
El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó su satisfacción a través de la red social X, recordando que uno de sus predecesores soñó con un Sena donde todos pudieran nadar. La promesa de ese sueño se ha hecho realidad.
La seguridad es una prioridad en las zonas de baño. Se ha establecido un aforo estricto, que varía entre 150 y 700 personas según la ubicación. Además, los bañistas deben pasar una prueba para demostrar su capacidad de nadar sin ayuda. Un sistema de banderas (verdes, amarillas y rojas) informa sobre la calidad del agua, que se analiza constantemente mediante sondas y muestras de cultivos. La bandera roja indica la prohibición de baño.
Las autoridades advierten sobre los riesgos de nadar fuera de las zonas habilitadas, incluyendo la presencia de cieno, plantas adheridas, fuertes corrientes, riesgo de hidrocución y tráfico fluvial. En el último año, se registraron trece muertes en el Sena, y tres en lo que va del año actual. Una normativa reciente sanciona el baño en áreas no autorizadas.
Además de las zonas de baño en el Sena, se han habilitado otros cuatro sitios en el río Marne, el principal afluente del Sena. Se espera que la descontaminación continua del río permita la instalación de nuevas zonas de baño en las afueras de la capital el próximo año.
La ciudad, que es el primer puerto fluvial europeo para el transporte de pasajeros, también ha reforzado los controles sobre los conductores de embarcaciones para garantizar la seguridad de los bañistas. La reapertura del Sena para el baño representa un hito importante en la transformación de París, convirtiendo al río en un espacio público accesible y disfrutable para todos.