Fuertes lluvias e inundaciones repentinas han azotado la costa este de Estados Unidos, causando la muerte de al menos dos personas en Nueva Jersey y provocando graves impactos en estados como Nueva York, Nueva Jersey, Pennsylvania, Virginia y Maryland. Estas precipitaciones torrenciales ocurrieron principalmente la noche del lunes 14 al martes 15 de julio de 2025, y llevaron a la declaración del estado de emergencia en Nueva Jersey por parte del gobernador Phil Murphy.
Las lluvias de meses de verano se caracterizaron por un movimiento lento que dificultó la disipación de las tormentas, permitiendo que las precipitaciones persistieran durante horas y causaran el desbordamiento de ríos importantes como el Passaic en Pine Brook y el Ramapo en Mahwah, Nueva Jersey. Varias estaciones de metro de Nueva York quedaron anegadas, lo que causó la suspensión o retrasos en varias líneas y el cierre de calles principales debido a la acumulación de agua y la caída de árboles. Además, se cancelaron más de 1,200 vuelos en los principales aeropuertos de la región, incluyendo LaGuardia y Newark Liberty.
Las inundaciones atraparon vehículos en las carreteras, obligando a rescates de emergencia para personas varadas. En Pensilvania, concretamente en Mount Joy, cientos de hogares resultaron inundados. Las alertas de inundaciones repentinas permanecían vigentes hasta la mañana siguiente en varias zonas, con pronósticos de más lluvias intensas que mantenían la preocupación. Estas tormentas forman parte de un patrón creciente de eventos extremos que se atribuyen al calentamiento global, con un aumento constatado en la intensidad y frecuencia de precipitaciones en grandes ciudades de EE.UU. en las últimas décadas.
Paralelamente, Texas sufre aún las consecuencias de inundaciones recientes que han dejado más de 130 muertos, reflejando la magnitud del impacto que las lluvias extremas y las inundaciones repentinas tienen en diversas regiones del país.
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