El Reino Unido acusa a la inteligencia militar rusa (GRU) de crear un nuevo malware, AUTHENTIC ANTICS, diseñado para infiltrarse en sistemas de nube de Microsoft y robar credenciales. Este ciberataque ha provocado una nueva ola de sanciones contra unidades del GRU y sus agentes, acusados de desestabilizar Europa y socavar la soberanía de Ucrania.
Según el Centro Nacional de Seguridad Cibernética (NCSC) del Reino Unido, AUTHENTIC ANTICS fue utilizado por el grupo APT 28, también conocido como Fancy Bear, Forest Blizzard o Blue Delta, que opera bajo la Unidad Militar 26165 del GRU. El malware se oculta dentro de los sistemas que utilizan servicios en la nube de Microsoft, mostrando falsas pantallas de inicio de sesión para capturar datos confidenciales de los usuarios. Estos datos son luego enviados a cuentas secretas controladas por los atacantes, sin dejar rastro en la carpeta de ‘Enviados’ de la víctima.
Paul Chichester, director de operaciones del NCSC, advirtió sobre la sofisticación de la amenaza cibernética rusa, instando a los defensores de la red a mantenerse vigilantes. La herramienta fue descubierta tras un incidente en 2023, investigado conjuntamente por Microsoft y NCC Group, bajo la supervisión del NCSC.
El gobierno británico ha sido tajante en su respuesta. El secretario de Asuntos Exteriores, David Lammy, declaró que el Kremlin no debe dudar de que sus actividades en la sombra están siendo observadas y no serán toleradas. Esta ofensiva diplomática se enmarca en un esfuerzo más amplio para contrarrestar las ‘amenazas híbridas’ rusas, en coordinación con aliados internacionales.
No es la primera vez que unidades del GRU son señaladas por Londres y sus aliados. La Unidad 29155 ha sido vinculada a operaciones de sabotaje, y la 74455, conocida como Sandworm, fue asociada a ciberataques como el intento contra la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas en 2018 y la diseminación del malware Cyclops Blink.
El NCSC ha publicado un informe técnico detallado sobre el malware AUTHENTIC ANTICS en su sitio web. Este incidente subraya la creciente amenaza de la ciberguerra y la necesidad de una cooperación internacional para proteger la infraestructura digital crítica. Las sanciones impuestas por el Reino Unido buscan enviar un mensaje claro a Rusia de que sus actividades cibernéticas maliciosas tendrán consecuencias.