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En un movimiento controvertido destinado a reforzar la seguridad fronteriza y disuadir la inmigración ilegal, Estados Unidos ha comenzado a pintar de negro el muro fronterizo que lo separa de México. La iniciativa, propuesta directamente por el presidente Donald Trump, busca aprovechar las altas temperaturas de la región para hacer que la escalada del muro sea prácticamente imposible.
Kristi Noem, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, declaró que la pintura negra incrementará la temperatura del muro, dificultando significativamente su escalada. El muro, una pieza central de la política de línea dura contra la inmigración de la administración Trump, se extiende por más de mil kilómetros, con alturas que varían entre cinco y nueve metros.
«Es alto, lo que lo hace muy, muy difícil de escalar, casi imposible. Además, se hunde profundamente, lo que dificultaría mucho excavar debajo. Y hoy también lo pintaremos de negro», afirmó la secretaria Noem.
La medida ha generado fuertes críticas y controversia, siendo calificada como un acto de deshumanización hacia los migrantes. Se suma a otras políticas polémicas implementadas por la administración Trump, como las deportaciones a terceros países, las redadas de la policía migratoria ICE y la apertura del ‘Alligator Alcatraz’, un centro de detención para migrantes ilegales en Florida rodeado de caimanes y serpientes.
Organizaciones de derechos humanos han condenado enérgicamente la iniciativa, argumentando que pone en riesgo la vida de personas vulnerables que buscan asilo o una mejor vida en Estados Unidos. Afirman que la exposición prolongada al calor extremo, agravada por la superficie negra del muro, podría provocar deshidratación, insolación y otros problemas de salud graves.
La administración Trump defiende la medida argumentando que es necesaria para proteger la seguridad nacional y reducir la inmigración ilegal. Señalan que las detenciones en la frontera sur han disminuido en los últimos meses, lo que atribuyen a sus políticas más estrictas. Sin embargo, críticos argumentan que la disminución de las detenciones no justifica medidas consideradas inhumanas y peligrosas.
El debate sobre la política migratoria de Estados Unidos y el trato a los inmigrantes continúa siendo un tema central en la política nacional. La pintura negra del muro fronterizo ha intensificado aún más la controversia, generando un intenso debate sobre la ética y la humanidad de las medidas adoptadas para controlar la inmigración.
