Las autoridades panameñas evalúan extender el estado de urgencia en la provincia de Bocas del Toro, tras varios días de disturbios y actos vandálicos que llevaron al Ejecutivo a decretar la medida el pasado viernes. El ministro de Seguridad, Frank Ábrego, anunció que solicitará al presidente José Raúl Mulino una prórroga de cinco días adicionales, lo que llevaría el estado de urgencia a un total de 10 días.
Durante los primeros cinco días, los operativos de seguridad se han centrado en liberar áreas clave como Changuinola y Almirante, aunque aún persisten cierres y disturbios en sectores como Rambala, Hornito y Chiriquí Grande. Las autoridades mantienen conversaciones con representantes comunitarios para lograr la reapertura total de las vías sin recurrir al uso de la fuerza pública.
El estado de urgencia fue decretado luego de que supuestos pandilleros se infiltraran en las protestas y vandalizaran oficinas públicas y comercios. Como parte de la medida, se suspendieron garantías constitucionales, se restringió el acceso telefónico y de internet, y se intensificaron los allanamientos y aprehensiones en el marco de la Operación Omega, con el objetivo de capturar a los responsables y restablecer el orden.
Aunque la mayoría de los poblados han recuperado la tranquilidad, las autoridades consideran necesario extender la medida para consolidar la seguridad y desarticular los grupos delictivos que aún operan en la región.