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Un estudio rápido realizado por científicos del Imperial College de Londres y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres revela que la última ola de calor que afectó a Europa entre el 23 de junio y el 2 de julio de 2025 causó aproximadamente 2.300 muertes en 12 ciudades europeas, de las cuales unas 1.500 (el 65%) se atribuyen directamente al cambio climático provocado por la actividad humana, principalmente la quema de combustibles fósiles.
El análisis indica que el calentamiento global hizo que las olas de calor fueran hasta 4°C más intensas, triplicando el número de muertes relacionadas con el calor. Madrid fue la ciudad con mayor proporción de muertes atribuibles al cambio climático, con un 90% del total de fallecimientos por calor (108 muertes), debido a su ubicación interior y la fuerte señal del calentamiento en zonas alejadas de la costa. En términos absolutos, Milán fue la ciudad más afectada con 317 muertes, seguida por Barcelona con 286.
El 88% de las muertes ocurrieron en personas mayores de 65 años, muchas con enfermedades preexistentes como problemas cardíacos, diabetes o respiratorios, que se ven agravados por las altas temperaturas. Estas muertes no son siempre reconocidas oficialmente como causadas por el calor, lo que subraya la naturaleza silenciosa y subestimada de este fenómeno.
Los investigadores advierten que sin una mitigación seria y rápida del cambio climático, las olas de calor serán cada vez más intensas y mortales. Además de medidas a corto plazo como centros de refrigeración y sistemas de apoyo a personas vulnerables, se requieren estrategias a largo plazo para reducir el efecto isla de calor urbano, como la ampliación de espacios verdes.
Este estudio es un llamado urgente para dejar de depender de combustibles fósiles y acelerar la transición hacia energías limpias para evitar que más vidas se pierdan en futuras olas de calor.
