El magistrado Arellano expresó recientemente que eliminar el financiamiento político en Panamá es una tarea sumamente complicada. Durante una entrevista concedida a La Prensa Panamá, el funcionario judicial destacó que, aunque la idea de erradicar esta práctica pueda parecer ideal para mejorar la transparencia y la democracia, existen múltiples obstáculos legales, sociales y económicos que dificultan su implementación.
Según Arellano, el financiamiento político es un componente arraigado en el sistema electoral y político panameño, y su regulación debe ser abordada con cautela y realismo. Señaló que cualquier intento de eliminarlo por completo requeriría reformas profundas y un consenso amplio entre los actores políticos y la sociedad civil.
Además, el magistrado subrayó la importancia de fortalecer los mecanismos de control y fiscalización para garantizar que los recursos destinados a campañas políticas sean transparentes y legales. En este sentido, propuso mejorar las instituciones encargadas de supervisar el financiamiento y promover una cultura de rendición de cuentas.
Este posicionamiento se da en un contexto donde el debate sobre la transparencia y la ética en la política panameña sigue siendo un tema central, especialmente ante denuncias recurrentes sobre el uso indebido de fondos en campañas electorales.
Conclusión
Aunque eliminar el financiamiento político parece una solución ideal para combatir la corrupción, el magistrado Arellano considera que es una meta difícil de alcanzar en el corto plazo. La clave está en mejorar la regulación y la supervisión para asegurar un sistema más transparente y justo.
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