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El ministro de Comercio e Industrias de Panamá, Julio Moltó, se ha mostrado optimista sobre la posibilidad de que la empresa bananera Chiquita retorne a la región de Changuinola, en la provincia de Bocas del Toro. Esta declaración surge en un momento crítico, tras el anuncio de Chiquita de despedir a los 1,189 trabajadores que aún mantenían vínculos laborales con la compañía.
Según Moltó, existen condiciones favorables que podrían facilitar el regreso de la empresa, cuya partida ha tenido un impacto significativo en la economía local. La actividad bananera en Bocas del Toro tiene una larga historia, que se remonta a antes del siglo XX, y en su apogeo, Panamá exportaba 15 millones de dólares mensuales en banano. Tras la debacle, las exportaciones se redujeron drásticamente a solo 1.5 millones de dólares. A pesar de esta disminución, en los primeros cinco meses del año, las exportaciones totales del país aumentaron un 17%, lo que sugiere el potencial que tendría la recuperación del sector bananero.
El interés del gobierno panameño en reactivar este rubro, uno de los productos de exportación más importantes del país, y en recuperar los empleos perdidos, ha motivado conversaciones con Chiquita. Moltó ha señalado que aproximadamente el 20% de las plantaciones de banano aún se pueden salvar, un punto clave en las negociaciones con la empresa.
«Asumo que habrá plantaciones que habrá que replantar, pero esa es la idea, que la empresa vuelva, inicien algunas contrataciones para salvar ese 20% de las fincas que entiendo que se pueden salvar y ver como hacemos un plan de inversión a un futuro no muy lejano para que se puedan poner productivas esas otras hectáreas», explicó el ministro.
La salida de Chiquita de Panamá y su traslado a Costa Rica se produjo en medio de una huelga de trabajadores. La empresa, además de despedir a miles de trabajadores en el pasado, recientemente cesó la relación laboral con los últimos empleados que no habían participado en la paralización. En total, Chiquita operaba en aproximadamente 5,000 hectáreas en Changuinola, además de alquilar fincas adicionales.
La situación en Bocas del Toro es tan apremiante que el Ejecutivo declaró el Estado de Emergencia a finales de mayo. Para abordar esta crisis, Moltó y la ministra de Trabajo, Jackeline Muñoz, tienen previsto reunirse nuevamente con representantes de Chiquita la próxima semana. El objetivo es crear un entorno de negocios favorable que permita recuperar la mayor cantidad de empleos en el menor tiempo posible. En conversaciones previas, los representantes de la empresa solicitaron garantías de paz social para asegurar la continuidad de sus operaciones.
Moltó se mantiene optimista debido a las ventajas competitivas de Bocas del Toro, como la fertilidad de sus tierras y la presencia del puerto de Almirante, que facilita la exportación del banano. Sin embargo, la empresa Chiquita ha confirmado el despido de los 1,189 trabajadores restantes, autorizados por el Ministerio de Trabajo. Los trabajadores podrán recibir el pago de sus prestaciones laborales en las oficinas de la empresa hasta el 31 de julio. Con esta medida, Chiquita cesa por completo su relación laboral en Panamá, tras haber trasladado sus operaciones a Costa Rica.
El futuro del sector bananero en Changuinola y el posible retorno de Chiquita siguen siendo temas de gran interés y debate en Panamá.
