El diputado panameño Jairo Salazar, del Partido Revolucionario Democrático (PRD), tiene un historial marcado por múltiples episodios de violencia desde que asumió su curul en la Asamblea Nacional en 2019. Entre los hechos más recientes y notorios está el ataque físico contra el diputado independiente Betserai Richards en julio de 2025, ocurrido dentro del Palacio Legislativo, donde Salazar agredió a Richards con golpes mientras este estaba en el suelo y le profirió amenazas de muerte.
Este incidente se origina en tensiones relacionadas con cuestionamientos públicos de la bancada Seguimos a la que pertenece Richards sobre el manejo opaco de fondos estatales vinculados a Salazar, específicamente alrededor de 14 millones de dólares asociados a la llamada “descentralización paralela” en Colón, donde Salazar también es representante comunal.
Los antecedentes violentos de Salazar incluyen:
- En noviembre de 2019, confrontaciones con la Policía Nacional tras una intervención en una fiesta en Colón, durante la cual lanzó amenazas a un agente, mostrando una conducta agresiva grabada en video.
- En marzo de 2020, al ser detenido por conducir a exceso de velocidad y sin placa, se alteró y exigió un trato especial mostrando su investidura como diputado.
- En abril de 2020, fue denunciado por la diputada Kayra Harding (PRD) por agredir a su colega Mariano López durante una reunión del partido, además de agredir verbalmente y lanzar una botella a Harding.
- En julio de 2025, protagonizó otro altercado físico con el diputado Crispiano Adames (PRD) en el pleno legislativo, aunque ambos negaron que hubiera golpes posteriores.
Tras la agresión a Richards, Salazar ofreció disculpas públicas al país pero no directamente a Richards, justificando su reacción al señalar que Richards había cruzado líneas en sus críticas políticas.
La violencia protagonizada por Salazar ha generado condenas políticas, con el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Herrera, anunciando la intención de convocar al Comité de Ética para aplicar sanciones conforme al reglamento tras el incidente contra Richards. La sociedad civil y diversos sectores políticos también han expresado su rechazo y preocupación por el deterioro de la convivencia democrática dentro del Legislativo.
En resumen, Jairo Salazar acumula un historial público de conductas violentas y amenazas desde su inicio como diputado, involucrando tanto episodios con sus colegas legisladores como confrontaciones con cuerpos policiales, y actualmente enfrenta nuevas denuncias y críticas por recientes agresiones físicas en la Asamblea Nacional de Panamá.