La Ruta Colonial Transístmica fue oficialmente inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco el 12 de julio de 2025, marcando un hito para Panamá. Este reconocimiento resalta el valor universal excepcional de la ruta como prueba viva del papel estratégico del Istmo panameño en los sistemas globales de intercambio entre los siglos XVI y XIX. La inclusión trae consigo múltiples implicaciones y oportunidades para el país, la cultura y las comunidades locales.
¿Qué implica estar en la Lista de Patrimonio Mundial?
Al obtener este reconocimiento, Panamá adquiere la responsabilidad de proteger y conservar la Ruta Colonial Transístmica bajo directrices técnicas, científicas y culturales. María Eugenia Herrera, ministra de Cultura, enfatizó que el estatus no es un logro final, sino el inicio de un proceso continuo. Se requiere una hoja de ruta sólida para proteger el patrimonio e involucrar a la sociedad en su preservación.
- Se refuerza la narrativa de Panamá como “puente del mundo, corazón del universo”, visibilizando su integración física y simbólica entre los océanos Atlántico y Pacífico.
- La ruta, compuesta por el Camino de Cruces, el Camino Real, fortificaciones y estructuras logísticas, se reconoce oficialmente como una vía integrada, facilitando el tránsito de mercancías, personas y saberes.
Beneficios y oportunidades para Panamá
La inscripción impulsa varias oportunidades clave:
- Inversión y restauración patrimonial: Están adjudicados 59 millones de dólares hasta 2028 para restaurar sitios como Portobelo, San Lorenzo y el Museo Reina Torres de Araúz. Además, seis proyectos de restauración están activos en la provincia de Colón.
- Desarrollo turístico y cultural: El Ministerio de Cultura implementará señalización y mejorará el acceso, promoviendo actividades como senderismo y turismo acuático.
- Progreso para comunidades vulnerables: El potencial turístico y cultural puede traducirse en desarrollo sostenible y mejora de calidad de vida para poblaciones históricamente rezagadas.
- Participación ciudadana: El éxito depende de la acción conjunta entre el Estado, sector privado y sociedad civil en la gestión y promoción de la ruta.
Retos y compromisos para el futuro
- La protección duradera exige acciones técnicas y comunitarias y una planificación sostenible a largo plazo.
- Es fundamental evitar la visión del reconocimiento como un punto de llegada y consolidarlo como motor para el desarrollo de políticas patrimoniales y de memoria histórica.
- Se requiere monitoreo constante y actualización de las estrategias de mantenimiento y turismo responsable.