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Moscú, Rusia – En un movimiento diplomático de alto riesgo, Steve Witkoff, enviado especial del presidente Donald Trump, se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin en Moscú el miércoles, en un intento por negociar un cese inmediato de la invasión rusa a Ucrania. La reunión se produce justo antes de la fecha límite impuesta por la Casa Blanca para que Rusia detenga su ofensiva militar, elevando la tensión entre Washington y Moscú a su punto más álgido.
Trump ha advertido sobre la imposición de nuevas sanciones si el Kremlin no muestra señales concretas de desescalada. «Vamos a ver qué sucede», declaró el presidente, dejando en suspenso la decisión final sobre las sanciones.
A pesar de que la Casa Blanca no había confirmado previamente un encuentro directo entre Witkoff y Putin, fuentes oficiales confirmaron que ya se habían producido reuniones anteriores. El contenido de las conversaciones se mantiene en secreto, pero funcionarios estadounidenses describieron las negociaciones como un esfuerzo «de último momento» para evitar la activación de medidas punitivas más severas.
El Kremlin ha expresado una postura abierta al diálogo. «Consideramos estas conversaciones importantes, sustanciales y útiles», declaró el portavoz Dmitri Peskov, valorando los esfuerzos de Estados Unidos para poner fin al conflicto.
El viaje de Witkoff tiene lugar en un contexto de advertencias sobre posibles «aranceles secundarios» que afectarían no solo a Rusia, sino también a sus principales socios comerciales, como China e India. El objetivo, según el Departamento del Tesoro, es reducir los flujos de exportación rusos que persisten a pesar de las sanciones existentes.
Trump justificó la posible imposición de nuevas sanciones en una orden ejecutiva emitida la semana pasada, argumentando que las acciones del gobierno ruso representan una «amenaza inusual y extraordinaria» para la seguridad nacional, la economía y la política exterior de Estados Unidos. La orden también criticó la falta de avances hacia un alto el fuego y calificó de «injustificados» los cargos presentados por Moscú contra Ucrania.
La guerra, que se prolonga ya por más de tres años, no muestra signos de resolución. Tres rondas de negociaciones de paz celebradas en Estambul no lograron avances significativos. Rusia insiste en que Ucrania reconozca la soberanía rusa sobre cuatro regiones ocupadas y renuncie a la adhesión a la OTAN. Ucrania, por su parte, exige el cese inmediato de la ofensiva y la retirada de tropas.
Trump reiteró su frustración con la persistencia del conflicto, afirmando que el objetivo de Witkoff en Moscú es lograr un acuerdo que detenga la pérdida de vidas.
Además del esfuerzo diplomático, Trump confirmó el despliegue de dos submarinos nucleares estadounidenses «en la región», en respuesta a una reciente polémica con el ex presidente ruso Dmitry Medvedev. No se especificó la ubicación exacta de los submarinos ni si están equipados con capacidad de ataque nuclear.
Peskov respondió con cautela a este anuncio, enfatizando la importancia de la no proliferación nuclear y la necesidad de precaución en la retórica nuclear.
Se espera que la misión de Witkoff se extienda por al menos dos días. La decisión final de Trump sobre las sanciones económicas dependerá del resultado de estas reuniones, según sus propias declaraciones.
