El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, descartó la posibilidad de alcanzar un acuerdo parcial de alto el fuego y liberación de rehenes con Hamás en Gaza. Esta declaración marca un punto crítico en las tensas relaciones entre Israel y el grupo militante palestino, y plantea interrogantes sobre el futuro del conflicto.
«Creo que lo hemos dejado atrás», afirmó Netanyahu al ser consultado sobre la viabilidad de negociar una tregua parcial. «Lo intentamos, hicimos todo tipo de intentos, pero resultó que solo nos estaban engañando», añadió, evidenciando la desconfianza que persiste entre ambas partes.
El primer ministro enfatizó su compromiso de recuperar a todos los rehenes israelíes en manos de Hamás, tanto vivos como fallecidos, subrayando que este es un objetivo primordial de su gobierno. Sin embargo, su firme rechazo a un acuerdo parcial de alto el fuego sugiere una estrategia más amplia y ambiciosa.
Estas declaraciones contrastan con los esfuerzos diplomáticos liderados por Egipto, cuyo ministro de Exteriores, Badr Abdelaty, reveló conversaciones en curso con Hamás e Israel para reactivar la propuesta de alto el fuego impulsada por el enviado estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff. Según Abdelaty, Egipto mantiene un «contacto diario» con Witkoff para facilitar un acuerdo.
La propuesta de Witkoff incluye una tregua de 60 días durante la cual Hamás liberaría a diez rehenes vivos y entregaría los restos de otros 18. Este período también serviría como un espacio para negociar el fin definitivo de la guerra en la Franja de Gaza, una condición que Israel, hasta ahora, se ha resistido a aceptar.
Netanyahu reiteró en la entrevista que Israel no pondrá fin a la guerra hasta que haya logrado todos sus objetivos, que incluyen la desmilitarización completa de la Franja de Gaza y la eliminación total de Hamás. Esta postura intransigente sugiere que Israel está dispuesto a continuar con sus operaciones militares hasta alcanzar una victoria decisiva.
Implicaciones y Perspectivas Futuras
El rechazo de Netanyahu a las negociaciones con Hamás plantea serias dudas sobre la posibilidad de un alto el fuego a corto plazo. La situación humanitaria en Gaza sigue siendo crítica, y la comunidad internacional ha intensificado sus llamados a un cese de hostilidades para permitir la entrega de ayuda y aliviar el sufrimiento de la población civil.
Sin embargo, la desconfianza mutua y los objetivos divergentes de ambas partes complican enormemente cualquier intento de mediación. Mientras Israel insiste en la eliminación de Hamás como condición para la paz, el grupo militante busca un levantamiento del bloqueo y garantías de seguridad para la Franja de Gaza.
El futuro del conflicto sigue siendo incierto, y la posibilidad de una escalada regional es una preocupación constante. La comunidad internacional deberá redoblar sus esfuerzos diplomáticos para evitar una mayor pérdida de vidas y promover una solución pacífica y duradera al conflicto israelo-palestino.
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