El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha tomado medidas enérgicas tras los violentos incidentes ocurridos durante el partido de Copa Sudamericana entre Independiente de Argentina y la Universidad de Chile. Boric instruyó a su ministro del Interior, Álvaro Elizalde, para que viajara a Buenos Aires con el objetivo de brindar apoyo a los ciudadanos chilenos heridos y supervisar la situación de los detenidos.
Los incidentes, que incluyeron actos vandálicos y agresiones físicas, empañaron el encuentro deportivo celebrado en el estadio Libertadores de América-Ricardo Bochini, en Avellaneda. Hinchas de la Universidad de Chile fueron acusados de destrozos en las instalaciones, lo que provocó enfrentamientos con la barra disidente de Independiente. La situación escaló hasta una cacería en la que los aficionados chilenos fueron golpeados y desnudados, dejando a varios heridos y generando escenas de caos.
Ante la gravedad de los hechos, el partido fue suspendido y las autoridades argentinas detuvieron a más de 300 hinchas chilenos en Puerto Madero. El presidente Boric condenó enérgicamente la violencia y enfatizó la importancia de proteger los derechos de los ciudadanos chilenos, sin perjuicio de las responsabilidades legales que puedan derivarse. «La violencia no tiene ninguna justificación, de ningún lado, y vamos a proteger los derechos de nuestros ciudadanos sin perjuicio de las responsabilidades que pueda establecer la justicia», declaró Boric en su cuenta de X (antes Twitter).
El directivo de la U de Chile, Daniel Schapira, calificó los incidentes como un «circo» y criticó la organización del evento, señalando que no se debió ubicar a la hinchada visitante encima de la barra local. Schapira anticipó posibles sanciones para el club chileno y lamentó la repetición de este tipo de incidentes. La Conmebol ya había advertido a la Universidad de Chile por incidentes previos relacionados con la instalación de banderas y el comportamiento de sus aficionados.
El gobierno chileno, a través de su embajada, consulado, cancillería y el Ministerio del Interior, está trabajando para garantizar la atención médica de los heridos y el respeto a las garantías de los detenidos. El presidente Boric subrayó que nada justifica el linchamiento y que se investigarán a fondo las responsabilidades tanto de los agresores como de los organizadores del evento.
Los incidentes han generado indignación y preocupación en Chile, con llamados a la protesta frente a la embajada argentina en Santiago. La seguridad en los estadios argentinos ha sido puesta en tela de juicio, con un senador chileno calificando el modelo actual como un «fracaso». Este lamentable episodio pone de relieve la necesidad de medidas más estrictas para prevenir la violencia en el fútbol y garantizar la seguridad de los aficionados en los eventos deportivos internacionales.
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