Estados Unidos ha designado oficialmente a las bandas de narcotraficantes ecuatorianas Los Choneros y Los Lobos como organizaciones terroristas, marcando un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado transnacional. La decisión, formalizada por el Secretario de Estado Marco Rubio el 6 de agosto de 2025, fue publicada en el Registro Federal el 4 de septiembre de 2025. Este movimiento estratégico abre nuevas vías para sancionar económicamente a estos grupos, congelar sus activos, imponer restricciones migratorias a sus miembros y facilitar un intercambio de inteligencia más robusto entre las agencias estadounidenses y sus contrapartes internacionales.
La designación, identificada bajo el número 2025-17067, es el resultado de una exhaustiva revisión administrativa y consultas con el Fiscal General y el Secretario del Tesoro. Se basa en la sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos, que permite catalogar a grupos armados o redes de narcotráfico como amenazas terroristas.
Los Choneros, también conocidos como Águilas o Fatales, y Los Lobos (identificados como “Los Lobos Drug Trafficking Organization”), están ahora sujetos a un escrutinio intensificado para evitar que sus miembros eludan la justicia mediante el uso de identidades falsas. La medida entró en vigor el 5 de septiembre, tras su publicación en el Registro Federal, aunque fue anunciada un día antes.
El anuncio coincide con la visita del Secretario Rubio a Ecuador, donde se reunió con el Presidente Daniel Noboa. Ecuador ha estado bajo un estado de excepción intermitente desde principios de 2024 debido a la violencia perpetrada por estas bandas, que controlan cárceles y mantienen alianzas con cárteles internacionales.
La clasificación de Los Choneros y Los Lobos como organizaciones terroristas es una respuesta a un año de violencia extrema en Ecuador, incluyendo masacres carcelarias, fugas de líderes y atentados con explosivos. Washington considera que la transnacionalización de estas operaciones representa una amenaza directa a la seguridad hemisférica, particularmente por sus vínculos con cárteles mexicanos y redes de lavado de dinero en Estados Unidos y Europa.
Esta designación respalda la postura del Presidente Noboa, quien ha descrito a estos grupos como “terroristas narcocriminales” y ha solicitado apoyo internacional. Se espera que facilite la cooperación militar, tecnológica y financiera con Ecuador.
Al etiquetar a estas bandas como terroristas, Estados Unidos restringe su acceso al sistema financiero global y permite una persecución más amplia de cualquier persona o entidad que les brinde apoyo. Históricamente, esta designación se ha reservado para grupos insurgentes armados como las FARC o el ELN en Colombia, lo que refleja un cambio en el enfoque para reconocer que las estructuras del narcotráfico pueden representar una amenaza comparable.
En Ecuador, familiares de víctimas y organizaciones de la sociedad civil han instado a la comunidad internacional a no ignorar la violencia causada por estas bandas. En Estados Unidos, fiscales federales y agencias de seguridad probablemente intensificarán los procesos judiciales contra líderes y testaferros.
La coincidencia de la publicación del documento con la visita de Marco Rubio a Quito subraya la relación entre Estados Unidos y Ecuador, enviando un mensaje de apoyo a la estrategia de seguridad de Noboa y una advertencia a las mafias sobre la reducción de su margen de maniobra. Este movimiento representa un esfuerzo significativo para combatir el narcotráfico y el terrorismo en la región, buscando desmantelar las estructuras financieras y operativas de estas peligrosas organizaciones.