En un movimiento que intensifica el control social y eleva la tensión con Estados Unidos, el dictador venezolano Nicolás Maduro ha solicitado la creación de una aplicación móvil para que los ciudadanos denuncien cualquier actividad sospechosa. Esta iniciativa, presentada como una herramienta para fortalecer la defensa nacional, ha generado preocupación por el potencial uso de la vigilancia masiva y la represión política.
Según Maduro, esta aplicación, que se integraría al sistema VenApp, permitiría a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), las Unidades Comunales de Milicias y las Bases Populares de Defensa Integral recibir reportes ciudadanos las 24 horas del día. El objetivo declarado es detectar y responder a cualquier amenaza contra la estabilidad del régimen.
Sin embargo, críticos señalan que esta medida se suma a un historial de represión y control social. Amnistía Internacional ya denunció en el pasado que la VenApp se utilizó para denunciar a manifestantes que cuestionaban la reelección de Maduro. La nueva funcionalidad propuesta genera temor sobre un aumento en la persecución de disidentes y opositores políticos.
La propuesta de la aplicación surge en un contexto de creciente tensión con Estados Unidos. Washington mantiene un despliegue naval en el Caribe, cerca de las costas venezolanas, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. Caracas, por su parte, considera esta presencia militar como una amenaza y una preparación para un cambio de régimen y el control de los recursos naturales del país.
En respuesta a la supuesta amenaza estadounidense, Maduro ha ordenado la activación de todas las Zonas de Defensa Integral del país, en el marco de la operación Independencia 200. Según el mandatario, esta operación involucra a 6,2 millones de ciudadanos integrados en la Milicia Bolivariana, y busca garantizar la defensa integral de Venezuela.
La escalada de tensiones se produce en un momento de profunda crisis económica y social en Venezuela. El país enfrenta una hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, y una creciente ola de migración. En este contexto, la nueva aplicación y la intensificación de las operaciones militares son vistas por algunos como una estrategia para desviar la atención de los problemas internos y consolidar el poder de Maduro.
Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional han expresado su preocupación por el deterioro de la situación en Venezuela. El Vaticano ha pedido justicia, libertad y respeto a los derechos humanos para el país, instando a los venezolanos a inspirarse en sus nuevos santos para superar los desafíos actuales. La crisis venezolana sigue siendo un punto de atención global, con un futuro incierto para sus ciudadanos.