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Rodrigo Paz ha sido investido como el nuevo Presidente de Bolivia en una ceremonia histórica que marca el fin de casi dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS) y el inicio de un nuevo ciclo político y económico para el país. La toma de posesión, celebrada este sábado, contó con la presencia de líderes mundiales y autoridades de alto nivel, consolidando la importancia del evento a nivel internacional.
Paz, representante del Partido Demócrata Cristiano (PDC), ganó la presidencia en una segunda vuelta electoral sin precedentes, obteniendo el 54,96% de los votos frente al 45,04% del conservador Jorge “Tuto” Quiroga. Su victoria pone fin a los ciclos de los ex presidentes Evo Morales y Luis Arce, abriendo un nuevo camino para Bolivia.
Sin embargo, el nuevo presidente asume el cargo en un contexto de profunda crisis económica, caracterizada por la escasez de dólares y combustibles, la inflación y el aumento de los precios de alimentos y servicios. Para hacer frente a esta situación, Paz ha prometido implementar un modelo de “capitalismo para todos”, que incluye créditos accesibles para emprendedores y la reducción de aranceles a la importación de tecnología y vehículos.
En un esfuerzo por asegurar la estabilidad económica del país, Paz viajó recientemente a Estados Unidos para reunirse con organismos multilaterales. Durante su visita, se reunió con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, marcando el inicio de una “nueva etapa” en la relación bilateral, un claro distanciamiento de la postura adoptada por los mandatarios anteriores. Además, mantuvo encuentros con representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), consolidando un acuerdo financiero por 3.100 millones de dólares con este último.
La ceremonia de investidura también incluyó la toma de juramento del vicepresidente electo, Edman Lara, una figura popular en TikTok que ha generado controversia por sus declaraciones y actitudes poco convencionales. Su presencia añade un elemento de modernidad y disrupción a la nueva administración.
Entre los líderes internacionales presentes en la ceremonia se encontraban los presidentes de Argentina, Javier Milei; Chile, Gabriel Boric; Ecuador, Daniel Noboa; y Uruguay, Yamandú Orsi. También asistieron autoridades europeas de alto rango, como la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera, y la presidenta del Congreso de España, Francina Armengol. La presencia del presidente del Consejo de Ministros, Ernesto Álvarez; el canciller argentino, Pablo Quirno; y el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, subraya la relevancia del evento en el ámbito internacional.
En un movimiento que marca una clara diferencia con las políticas exteriores de sus predecesores, la administración de Paz ha tomado distancia de Cuba, Nicaragua y Venezuela, excluyéndolos de la ceremonia de juramentación. Esta decisión ha llevado a la suspensión de Bolivia de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), bloque regional con el que el país mantuvo estrechos lazos durante los gobiernos del MAS.
Paz ha enfatizado que su gobierno solo establecerá relaciones internacionales con países donde la democracia sea un pilar fundamental. “Nuestro mensaje es claro: poner a Bolivia en el mundo y que el mundo venga a Bolivia, y para ello estamos haciendo todos los esfuerzos”, afirmó. En cuanto a Venezuela, aunque reconoció la presencia de representación diplomática en La Paz, señaló que no comparte “la modalidad democrática que dicen sostener” las autoridades venezolanas.
La asunción de Rodrigo Paz se produce en un momento de turbulencia política, ya que el MAS expulsó al presidente saliente, Luis Arce, a solo dos días de la entrega del poder. La decisión, atribuida a “malos resultados electorales”, denuncias de corrupción y acusaciones de deslealtad interna, refleja la profunda división que enfrenta el partido que gobernó Bolivia durante casi dos décadas.
Con la promesa de renovar las relaciones con Washington y un enfoque en la estabilidad económica y la democracia, Rodrigo Paz asume la presidencia de Bolivia con la tarea de liderar al país hacia un futuro prometedor, enfrentando los desafíos económicos y políticos que se avecinan.
