La noticia del fallecimiento de Mariela Jiménez Peralta, directora del Sistema Penitenciario Nacional de Panamá, ha causado gran consternación en el país. Reconocida por su dedicación al servicio público y su liderazgo en la gestión penitenciaria, su partida deja un vacío significativo tanto en las instituciones que lideró como en la sociedad panameña. La confirmación de su deceso fue anunciada por Astrid Salazar, miembro del equipo de comunicación de la Presidencia, provocando un hondo pesar en sus colegas y familiares.
Un legado de compromiso con el servicio público
Mariela Jiménez fue una figura destacada en la administración pública, con una sólida formación académica en Economía y en Derecho y Ciencias Políticas. Su carrera se caracterizó por un fuerte compromiso con el bienestar social y la justicia. Inició su labor profesional como profesora de educación secundaria y docente universitaria, experiencias que moldearon su visión de las necesidades sociales del país.
Durante el gobierno de Ricardo Martinelli, ocupó el cargo de directora general de la Carrera Administrativa, donde se destacó por la implementación de políticas que mejoraron la eficiencia y profesionalización del servicio civil en Panamá. Su trabajo en esta área marcó un antes y un después en la gestión administrativa del sector público.
Liderazgo en el Sistema Penitenciario
La gestión de Mariela Jiménez al frente del Sistema Penitenciario Nacional, bajo la administración del presidente José Raúl Mulino, estuvo marcada por su enfoque en la reforma penitenciaria. Durante su mandato, Jiménez promovió mejoras sustanciales en las condiciones de los centros penitenciarios, enfocándose no solo en la seguridad, sino también en la rehabilitación y reintegración social de los internos.
Uno de sus logros más notables fue la implementación de programas educativos y laborales dentro de las cárceles, orientados a reducir la reincidencia y facilitar la reintegración de los privados de libertad a la sociedad. A pesar de los numerosos desafíos, como el hacinamiento y las condiciones precarias en algunas instalaciones, Jiménez nunca perdió de vista su compromiso con los derechos humanos y la dignidad de los internos.
Impacto y legado
Mariela Jiménez deja un legado de liderazgo humanitario en la gestión penitenciaria, inspirando a quienes trabajaron con ella y a futuros líderes del sistema penal panameño. Su enfoque en la justicia y los derechos humanos será recordado como un ejemplo a seguir para la transformación del sistema penitenciario en Panamá.
Su fallecimiento representa una gran pérdida para el país, pero sus contribuciones seguirán impactando el sistema judicial y administrativo por años. La comunidad panameña, sus colegas y aquellos a quienes sirvió con tanto compromiso lamentan profundamente su partida, pero celebran su legado de servicio público.