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La Policía Nacional de Panamá atraviesa un proceso de depuración interna sin precedentes, con 970 miembros investigados y 123 agentes destituidos durante 2024, según reveló el director Jaime Fernández en conferencia de prensa.
La institución mantiene además 92 casos adicionales en proceso de destitución, en lo que representa uno de los mayores esfuerzos de limpieza institucional de los últimos años. Entre las principales causales de separación destacan la conducta indecorosa, el abuso de autoridad y el ausentismo laboral.
«No por uno todos debemos pagar con una mala imagen», declaró Fernández, quien reconoció la existencia de casos puntuales de corrupción, especialmente vinculados al tráfico de drogas y al sistema penitenciario, aunque negó que estas prácticas sean generalizadas dentro de la institución.
El proceso de depuración interna coincide con nuevos desafíos operativos para la policía, particularmente la implementación del polémico decreto «berenjena» que extiende el horario de venta de alcohol en ciertas zonas de la capital. Para hacer frente a esta medida, la institución ha desplegado un plan integral que incluye:
«Ya después de 2 de la mañana, ya tienes varias horas de ingesta de alcohol, por supuesto que es un reto para nosotros», admitió Fernández. Sin embargo, aseguró que se mantendrán los operativos de control y las pruebas de alcoholemia para garantizar la seguridad ciudadana.
La institución ha anunciado el reforzamiento de puestos de control en zonas como Amador y una operación coordinada con MiBus para gestionar el tráfico nocturno. Además, se ha incrementado el despliegue de unidades especializadas de tránsito, investigación judicial e inteligencia en las áreas afectadas por la nueva normativa.
Esta serie de medidas refleja el doble desafío que enfrenta la Policía Nacional: mantener altos estándares de integridad institucional mientras adapta sus operaciones a las nuevas realidades de la seguridad ciudadana en Panamá.
