La creciente presencia china en Panamá ha desatado una tormenta geopolÃtica que amenaza con sacudir los cimientos de las relaciones internacionales en América Latina. Con Estados Unidos intensificando sus esfuerzos para contrarrestar la influencia del gigante asiático, el paÃs centroamericano se encuentra en el ojo del huracán de una disputa entre superpotencias que podrÃa redefinir el equilibrio de poder en la región.
La estrategia del dragón
Desde que Panamá estableció relaciones diplomáticas con China en 2017, Beijing ha desplegado una ambiciosa estrategia multifacética para consolidar su presencia en el istmo:
- Inversiones masivas: China ha anunciado proyectos de gran envergadura, incluyendo una lÃnea ferroviaria de alta velocidad de 400 kilómetros, una nueva lÃnea de metro en la Ciudad de Panamá y un moderno puerto de contenedores.
- Contratos millonarios: Beijing ha asegurado acuerdos lucrativos, como el contrato de 1,4 mil millones de dólares para la construcción del cuarto puente sobre el Canal de Panamá.
- Poder blando: A través de iniciativas como el Instituto Confucio y donaciones durante la pandemia, China busca fortalecer su influencia cultural y económica en el paÃs.
La respuesta del águila
La administración de Donald Trump, próximo a asumir la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero de 2025, ha adoptado una postura agresiva frente a la creciente influencia china en Panamá:
- Retórica beligerante: Trump ha acusado a China de controlar el Canal de Panamá y ha amenazado con usar la fuerza militar para «recuperarlo».
- Presión económica: El mandatario electo ha criticado las «tarifas ridÃculas y altamente injustas» que Panamá cobra a los barcos estadounidenses por usar el canal.
- Llamado a la acción: Expertos estadounidenses han señalado la necesidad de que Washington participe más activamente en proyectos de infraestructura en América Latina para contrarrestar la influencia china.
Panamá en la encrucijada
El gobierno panameño se encuentra en una posición delicada, intentando mantener su neutralidad y soberanÃa mientras equilibra sus relaciones con ambas potencias:
- Defensa de la soberanÃa: El presidente José Raúl Mulino ha reafirmado que «cada metro cuadrado del canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá y lo seguirá siendo».
- Neutralidad como activo: La Autoridad del Canal de Panamá defiende la neutralidad de la vÃa interoceánica como su principal fortaleza, argumentando que cualquier interferencia externa podrÃa socavar su reputación y funcionamiento.
- Beneficios económicos: Panamá busca aprovechar las oportunidades de inversión y desarrollo que ofrecen tanto China como Estados Unidos, sin comprometer su independencia.
Perspectivas futuras
El desenlace de esta pugna geopolÃtica tendrá profundas implicaciones para el futuro de Panamá y la región:
- Tensiones diplomáticas: Es probable que continúen las fricciones entre Estados Unidos y China, con Panamá en el centro del conflicto.
- Competencia por influencia: Ambas potencias intensificarán sus esfuerzos para ganar terreno en Panamá, lo que podrÃa traducirse en mayores inversiones y oportunidades para el paÃs.
- DesafÃos para la neutralidad: Panamá enfrentará crecientes presiones para alinearse con una u otra potencia, poniendo a prueba su capacidad para mantener su posición neutral.
- Impacto regional: El resultado de esta disputa podrÃa sentar un precedente para las relaciones entre Estados Unidos, China y otros paÃses latinoamericanos.
En conclusión, el futuro de la presencia china en Panamá está Ãntimamente ligado a la evolución de las tensiones geopolÃticas entre Beijing y Washington. La habilidad de Panamá para navegar estas aguas turbulentas determinará no solo su propio destino, sino también el equilibrio de poder en América Latina. El istmo se encuentra ante una encrucijada histórica que definirá su papel en el escenario internacional en las próximas décadas.