El auge de la inteligencia artificial ha puesto a DeepSeek y ChatGPT, de OpenAI, en el centro del debate sobre el impacto geopolítico y social de estos sistemas. A pesar de su popularidad y avances tecnológicos, ambos chatbots han mostrado diferencias marcadas en cómo abordan temas sensibles, especialmente aquellos relacionados con China.
Censura y control narrativo
DeepSeek, el chatbot desarrollado por la startup china del mismo nombre, ha sido criticado por reflejar la narrativa oficial del gobierno chino. Esto se evidencia en temas como la represión en la Plaza de Tiananmén o la soberanía de Taiwán. En contraste, ChatGPT ofrece respuestas más detalladas y matizadas, aunque con la advertencia de que sus datos pueden estar desactualizados, destacando una mayor independencia en su desarrollo.
Ejemplo 1: Winnie the Pooh en China
- DeepSeek: Describe al oso como un ícono infantil sin mencionar su uso como sátira política contra Xi Jinping.
- ChatGPT: Aborda directamente la sátira, explicando las similitudes entre el personaje y el líder chino.
Ejemplo 2: Tiananmén (1989)
- DeepSeek: Evita el tema y redirige la conversación.
- ChatGPT: Proporciona un análisis contextual sobre las protestas y su impacto.
Respuesta ante preguntas geopolíticas
En temas como la relación entre Estados Unidos y China o la soberanía de Taiwán, DeepSeek adopta posturas alineadas con las declaraciones oficiales chinas. Por ejemplo, su respuesta sobre Taiwán afirma que es una «parte integral de China», mientras que ChatGPT expone diferentes perspectivas, incluyendo las posturas de la comunidad internacional.
Privacidad y seguridad: un punto de preocupación
La regulación en China obliga a empresas como DeepSeek a cumplir estrictas normativas de ciberseguridad, lo que plantea dudas sobre el manejo de datos y la censura. Por su parte, OpenAI ha enfrentado críticas por la posible desinformación, pero mantiene un enfoque más transparente en su diseño.
El impacto en la industria de la IA
La rivalidad entre DeepSeek y ChatGPT no solo destaca los avances tecnológicos de ambos países, sino que también subraya las diferencias culturales, éticas y políticas que moldean el desarrollo de la inteligencia artificial.
Aunque DeepSeek ha logrado una rápida expansión, las preocupaciones sobre censura y control narrativo refuerzan la necesidad de regulaciones internacionales que promuevan el uso ético de la IA y salvaguarden la libertad de información en el ámbito digital.