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El papa Francisco, quien permanece hospitalizado desde hace 23 días por problemas respiratorios, envió un contundente mensaje al «Movimiento para la vida» donde advirtió que una sociedad justa no puede construirse «eliminando a los no nacidos indeseados» ni a personas vulnerables como ancianos o enfermos.
El discurso, fechado el 5 de marzo en el hospital Gemelli de Roma donde se encuentra internado, fue leído por el cardenal Pietro Parolin durante una misa en la basílica de San Pedro del Vaticano.
«Lamentamos que no podáis encontrar al Santo Padre como estaba previsto pero nos sentimos profundamente unidos a él y rezamos por su salud», expresó Parolin antes de dar lectura al texto preparado por Francisco.
Crítica a la «cultura del descarte»
En su mensaje, el pontífice argentino agradeció la labor de esta asociación que acompaña a «las madres con embarazos difíciles o imprevistos», especialmente en un contexto donde, según lamentó, se ha «difundido lamentablemente la cultura del descarte» hacia las personas más vulnerables.
«Por eso se necesitan más que nunca personas de toda edad que se esfuercen concretamente en el servicio de la vida humana, sobre todo cuando es más frágil y vulnerable porque es sagrada», escribió el papa.
Francisco fue categórico al afirmar que «una sociedad justa no se construye eliminando a los no nacidos indeseados, a los ancianos no autónomos o a los enfermos incurables».
Defensa de la dignidad humana
El papa destacó que el compromiso del Movimiento para la vida, en sintonía con toda la Iglesia, propone «un proyecto distinto que pone en el centro la dignidad de las personas y prioriza al más frágil».
Según Francisco, el concebido, el feto o el niño no nacido «representa por excelencia a todo hombre y mujer que no cuenta, que no tiene voz» y añadió que «ponerse de su lado significa solidarizarse con todos los descartados del mundo».
El pontífice también hizo un llamado a «seguir apostando por las mujeres, por su capacidad de acogida, de generosidad y su valentía», subrayando que «deben poder contar con el apoyo de toda la comunidad civil y eclesiástica».
Los Centros de Ayuda para la Vida, organizaciones que apoyan a mujeres con gestaciones difíciles, «pueden convertirse en un punto de referencia para todos», concluyó el papa en su mensaje.
