La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, confirmó este miércoles la ejecución de cuatro ciudadanos canadienses en China que habían sido condenados por delitos relacionados con drogas, un hecho que amenaza con deteriorar aún más las ya tensas relaciones entre ambos países.
Canadá condena las ejecuciones y pide clemencia
«Seguiremos dialogando con China y continuaremos no solo condenando enérgicamente, sino también pidiendo clemencia para otros canadienses que se enfrentan a situaciones similares», declaró Joly a la prensa.
Según informó primero el diario The Globe and Mail, las ejecuciones ocurrieron a principios de este año. Los cuatro ciudadanos ejecutados tenían doble nacionalidad canadiense y china, aunque China no reconoce oficialmente la doble nacionalidad.
La ministra Joly reveló que tanto ella como el ex primer ministro Justin Trudeau habían solicitado clemencia a Beijing en los últimos meses en un intento por evitar las ejecuciones. El gobierno canadiense calificó los asesinatos como «incompatibles con la dignidad humana básica».
Detalles de los casos
John Kamm, fundador de la Fundación Dui Hua, un grupo de derechos humanos con sede en San Francisco, confirmó que los cuatro ejecutados eran hombres y que sus casos se manejaron en la provincia sureña de Guangdong. Según Kamm, es «muy inusual» que China ejecute a cuatro extranjeros en un breve periodo de tiempo.
Los casos habían estado bajo revisión judicial en China durante dos años antes de que fueran ejecutados. La embajada china en Ottawa, sin ofrecer detalles específicos, defendió las estrictas penas impuestas por Beijing a delitos relacionados con drogas.
Tensiones diplomáticas crecientes
Las relaciones entre Canadá y China se han deteriorado significativamente desde finales de 2018, cuando el gobierno chino encarceló a Michael Spavor y Michael Kovrig, dos canadienses que se encontraban en China, después de que Canadá detuviera en Vancouver a Meng Wanzhou, ejecutiva de Huawei.
Actualmente, al menos otro canadiense, Robert Lloyd Schellenberg, se enfrenta a la pena de muerte en China tras ser declarado culpable de tráfico de drogas. Inicialmente había sido condenado a 15 años de prisión, pero en 2019 recibió una condena a muerte en un nuevo juicio que duró apenas un día.
Lynette Ong, profesora de política china en la Universidad de Toronto, señaló que estas ejecuciones son una manera en que Beijing mantiene la presión e influencia sobre Canadá en las conversaciones bilaterales.