Kiev, Ucrania – En un escalamiento dramático del conflicto, Ucrania acusó a Rusia de llevar a cabo un ataque masivo con misiles y drones contra ciudades ucranianas, describiéndolo como un acto de «terrorismo» contra civiles inocentes. La acusación se produce en respuesta a la Operación Telaraña, una ofensiva aérea ucraniana contra bases militares rusas llevada a cabo el domingo anterior.
Según informes de las autoridades ucranianas, el ataque ruso causó la muerte de al menos cuatro civiles, hirió a decenas más y dañó gravemente la infraestructura energética y de transporte. El Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrí Sibiga, condenó enérgicamente las acciones de Rusia, acusando al Kremlin de castigar deliberadamente a la población civil en represalia por la Operación Telaraña. Sibiga subrayó la diferencia entre las acciones de Ucrania, que se centran en objetivos militares legítimos, y las de Rusia, que, según él, atacan zonas residenciales, civiles e infraestructura crítica.
El ataque ruso, que tuvo lugar durante la madrugada, impactó en varias ciudades ucranianas, incluyendo Kiev, Lutsk, Leópolis, Ternópil, Cherníguiv y Kremenchuk. El alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, confirmó la muerte de cuatro personas en la capital y reportó 16 heridos. Equipos de rescate continúan trabajando en la ciudad.
El Ministerio del Interior de Ucrania precisó que tres de los fallecidos en Kiev eran miembros de los servicios de emergencia que estaban asistiendo a la población durante los ataques. El ministro del Interior, Igor Klimenko, informó que el número total de heridos en todo el país asciende a aproximadamente 40.
Además de Kiev, las regiones del noroeste y oeste de Ucrania, incluyendo Ternópil y Volinia, también fueron blanco de los ataques. En Ternópil, el gobernador Viacheslav Negoda describió el ataque como «el más masivo» registrado en la región desde el inicio de la invasión rusa. Se reportaron numerosos impactos, cinco heridos y daños en infraestructuras industriales, además de cortes de energía.
En Volinia, el gobernador Iván Rudnitski informó que la capital regional, Lutsk, fue objeto de un «ataque masivo» con misiles y drones, causando al menos cinco heridos y daños en edificios residenciales. Las autoridades ucranianas señalaron que Rusia utilizó misiles de crucero y drones kamikaze Shahed de fabricación iraní en el ataque.
La infraestructura ferroviaria también sufrió daños. La empresa estatal Ukrzaliznytsia confirmó que las vías férreas en la región de Kiev fueron dañadas, lo que obligó a modificar la ruta de varios trenes, incluyendo uno de trayecto internacional entre Dnipró y Jelm (Polonia).
El Ministro Sibiga reafirmó que las acciones de Ucrania son de naturaleza defensiva y están en consonancia con el derecho internacional. Insistió en que es inaceptable equiparar a Ucrania con Rusia, argumentando que Rusia es el agresor y Ucrania se defiende. Sibiga enfatizó que los ataques ucranianos son en defensa propia, mientras que las acciones de Rusia constituyen agresión y terrorismo.
Por su parte, Rusia ha acusado a Ucrania no solo del ataque a sus bases militares, sino también de provocar incidentes en regiones fronterizas rusas, como Briansk y Kursk, donde ataques a puentes ferroviarios habrían dejado víctimas mortales.