El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, reafirmó su compromiso inquebrantable en la lucha contra las pandillas, al conmemorar el 14º aniversario de uno de los episodios más brutales en la historia reciente del paÃs.
El 20 de junio de 2010, El Salvador fue testigo de un acto de violencia extrema cuando pandilleros del Barrio 18 incendiaron un microbús en Mejicanos, cerca de San Salvador, provocando la muerte de 17 personas y dejando 15 heridos. Este trágico evento se ha convertido en un sÃmbolo de la crueldad de las pandillas y un recordatorio constante de la necesidad de combatirlas.
Desde su llegada al poder en 2019, Bukele ha declarado una «guerra» contra las pandillas, implementando medidas drásticas:
- Régimen de excepción: Vigente desde 2022, permite detenciones sin orden judicial.
- Resultados: Más de 80,000 pandilleros detenidos hasta la fecha.
- Objetivo: Desmantelar el control territorial de pandillas como el Barrio 18 y la Mara Salvatrucha (MS-13), que llegaron a dominar el 80% del territorio salvadoreño.
La estrategia de Bukele, aunque controvertida, ha sido respaldada por muchos salvadoreños que anhelan paz y seguridad. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han expresado preocupaciones sobre posibles abusos bajo el régimen de excepción.
Bukele justifica estas medidas citando las 150,000 vÃctimas de asesinatos, extorsiones, asaltos y violaciones atribuidas a las pandillas. Su mensaje es claro: no habrá retroceso en esta lucha.
Mientras El Salvador continúa en esta batalla contra la violencia de las pandillas, el mundo observa atentamente. El éxito o fracaso de esta estrategia podrÃa tener implicaciones significativas para otros paÃses que enfrentan desafÃos similares.