La historia de la comunidad judía en Panamá es un relato de éxito y integración que se remonta al siglo XVI. Con aproximadamente 25,000 miembros, esta comunidad se ha convertido en la más grande de Centroamérica, dejando una huella imborrable en el tejido social, económico y político del país.
La Ciudad de Panamá es el epicentro de esta vibrante comunidad, que ha logrado una participación activa en todos los aspectos de la vida nacional. Un hecho destacable es que Panamá es el único país, aparte de Israel, que ha tenido tres presidentes judíos durante el siglo XX, lo que subraya el alto nivel de integración alcanzado.
La vida religiosa y cultural judía florece en la capital panameña. Varias sinagogas, que representan diversas corrientes del judaísmo, sirven a la comunidad. Además, cinco escuelas judías atienden al 98% de los niños de la comunidad, garantizando la continuidad de sus tradiciones.
En el ámbito culinario, Panamá City se ha ganado la reputación de ser un paraíso kosher. El «Super Kosher», un supermercado de 1,500 metros cuadrados, se jacta de ser el mercado kosher más grande del mundo fuera de Israel.
Económicamente, la comunidad judía ha dejado su marca en sectores clave como la construcción, las finanzas, el turismo y el comercio internacional. Su contribución a la economía panameña es particularmente notable en la Zona Libre de Colón.
El compromiso social de la comunidad se evidencia en iniciativas como el reciente proyecto de voluntariado de la ONG israelí «Heroes for Life» en Panamá, que fortalece los lazos entre la comunidad local y sus raíces israelíes.
En resumen, la comunidad judía de Panamá es un ejemplo brillante de cómo una minoría puede prosperar e integrarse plenamente en la sociedad, manteniendo sus tradiciones y contribuyendo significativamente al desarrollo del país.